Los elementos del olvido

Por Gerson Gómez

Sentido común. De eso carece toda la casta política de los elementos juveniles. Legítimas resultan las aspiraciones. Para ellos, la identidad la miden por la cantidad de seguidores. Los postulados sociales, los valores, de la vieja guardia.

La derecha recalcitrante o la izquierda incendiaria les frenan los proyectos personales. El banquete de prebendas, contactos afines y dinero a raudal es en beneficio individual.

A los grupúsculos de Samuel, Agustín, Luis Donaldo y sus secuaces, la ley con sus lagunas, camino real de ensoñación.

Ni Mariana Rodríguez, consorte regente de García Sepúlveda, la realidad de Monterrey del poniente, de la zona de San Bernabé y sus fraccionamientos emergentes, representan problema. Solo carretadas de votos. 

La pobreza, la migración, la inseguridad, la falta de agua para consumo humano y hasta la movilidad, les frena. 

Samuel o Mariana, dupla peligrosa para la democracia norestense. Permitirles gobernar la segunda metrópoli con mayor recaudación de recursos implica el suicidio asistido de los maleantes.

Toda la zona conurbada padece de cáncer. Próxima al colapso. Sufragar por cualquier candidato de Movimiento Ciudadano es soltar un arma cargada en manos de niños.

Las pistolas las usa el diablo y las activan los incautos, deficientes mentales y criminales por omisión.

Tres años de Luis Donaldo Colosio con Agustín Basave Alanís, le canonizó a la locura. Monterrey retrocedió 30 años de funcionamiento dispar.

Pasamos de mediocres a malos. La ley del más fuerte, de la selección natural para el más capacitado.

Empobrecimos al parejo con la administración estatal. Duele el alma, el corazón y la desproporción del despojo.

Samuel, Mariana, Agustín, Luis Donaldo e incluso Félix no ganarán una sola diputación local, federal, alcaldía o senado.

De eso depende el presente. Pasar al olvido a estos jóvenes corsarios con patente de bandidos.