Encabeza la capital casos de violencia contra las mujeres

Por: Diego Ríos

@diegorioz

A veces cuando me baño y vuelvo a ver mis cicatrices me pregunto ¿cómo pude ser tan pendeja? recuerda Verónica Téllez, quien a sus 35 años de edad ha logrado trascender a su agresor, el mismo que algún día le juró amor eterno y el mismo que años más tarde la mandaría al hospital con cuatro puñaladas en el cuerpo.

Cada 16 de septiembre festejábamos nuestro aniversario, para el décimo año ya no hubo fiesta, esa noche en medio del ruido por los cuetes, los borrachos y la música, nadie escuchó que yo gritaba desesperada, él me estaba matando o al menos eso es lo que intentaba. Loco por sus estúpidos celos me enterraba un cuchillo ante la mirada de mis hijas que le gritaban “ya déjala papi, ya déjala, no lastimes a mamá”.

No me gusta recordarlo porque a los años me he dado cuenta que la violencia siempre estuvo en mi relación y nunca quise aceptarlo. Desde novios siempre me dijo que yo era de su propiedad, nunca me dejó tener amigos hombres y a mis amigas no las bajaba de putas y sonsacadoras.

Un día de plano ya no nos alcanzó con el dinero que él ganaba, y no tuvo de otra que dejarme trabajar, le encargaba las niñas a mi mamá, pero esto sólo aumentó sus celos, todo el día se la pasaba llamándome, no quería que saliera a la calle ni en mi hora de comida, no podía conocer a otro hombre porque de inmediato ya pensaba que me estaba acostando con él.

Revisaba todas las noches las fotos, las llamadas y los mensajes de mi celular y yo de bruta siempre pensé que al tiempo se le quitaría.

Cuidaba que ni mi familia ni la de él vieran como me trataba. Llegué a recordar que siendo niña mi papá trataba peor a mi mamá. Algo dentro de mí me decía que su trato no estaba bien, por otro lado reflexionaba: “Si lo dejo, con dos niñas ajenas quién me va a querer, panzona con estrías y sin oficio nadie me va a pelar, más vale malo conocido que bueno por conocer”, qué pendeja estaba.

Cuando menos me di cuenta llegaron los golpes, creí que serían pasajeros, que se acabarían pronto y sólo terminaron años después, la noche que ensangrentada y moribunda me subieron a una ambulancia, relató Verónica Téllez.

“Soy mamá de dos jovencitas, sólo me resta enseñarles que ningún cabrón será su dueño, que no tienen por qué aguantarse nunca un mal trato y mucho menos un golpe, a mí así no me educaron aunque la vida me lo enseñó a la mala, con putazos”.

Actualmente Verónica vive con sus hijas en la colonia Bondojito, delegación Gustavo A. Madero, está a un año de graduarse como Licenciada en Derecho a través del sistema abierto de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su sueño es orientar y defender a mujeres que como ella en el pasado, no saben que tienen derechos y que entre estos está el de tener una vida digna y libre de violencia.

Las cifras de la ignominia

Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (INEGI), de los 46.5 millones de mujeres de 15 años y más que residen en el país, se estima que 30.7 millones de ellas (66.1%) han vivido en carne propia al menos un tipo de violencia, ya sea física, emocional, sexual, económica o discriminación en el trabajo, la escuela o la familia.

Las entidades que presentan los niveles de vejaciones más altos son la Ciudad de México (79.8%), Estado de México (75.3%) y Jalisco (74.1%).

En cuanto a las defunciones femeninas con presunción de homicidio (DFPH) se consideran como las delegaciones de mayor ocurrencia a Gustavo A. Madero con 24 defunciones, Iztapalapa con 19 defunciones y Cuauhtémoc con 19 defunciones, mismas que concentraron el 46.3% de las DFPH ocurridas en la Ciudad de México durante el 2015.

Los principales agresores que abusaron sexualmente de las mujeres de 15 años y más durante su infancia son: tíos(as) 20.1%, un no familiar (vecino, conocido) 16%,  primo(a) 15.7%, desconocido 11.5%, hermano(a) 8.5%, otro familiar 6.4%, padrastro/madrastra 6.3%, padre 5.8%, otro 5.5%, abuelo(a) 3.7% y madre 0.5%.

La Ciudad de México, encabeza a nivel nacional y protagoniza los índices en maltrato contra las mujeres con un deshonroso 79.8% (siete de cada diez mujeres) han sufrido algún tipo de violencia.

Voces por la eliminación de la violencia contra la mujer

"Lo que no se mide, no se visibiliza y lo que no se visibiliza no se puede atender. La violencia contra mujeres y niñas debe conocerse, dimensionarse, referenciarse y atenderse", manifestó Ana Güezmes, representante de ONU Mujeres México.

La falta de acceso a la justicia, la impunidad que prevalece por la nula, omisa y deficiente investigación de los casos de feminicidio y de cada uno de los delitos que se cometen contra las mujeres, así como la persistencia de prácticas machistas y misóginas, hace que su prevención y atención disten, todavía, de ser eficientes, proclamó Lorena Cruz, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres.

Teresa Incháustegui, directora general del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México, precisó que “Ser dueñas de nuestro propio cuerpo es la definición central del individuo moderno, la primera propiedad que la ley reconoce a los hombres y que todavía, en el caso de las mujeres, tenemos que andar regateando a la justicia, porque no todas las juezas y jueces, no todos los eslabones del proceso de justicia reconocen esta propiedad, y no reconocen que “no” es “no” y que una no tiene que hacer demasiado aspaviento para negarse a una relación, a un contacto, sino solamente decir que no”.