Por Mike Volta
Todo pareciera indicar que este fin de año el Covid-19 es un fantasma que no queremos de invitado en las fiestas de fin de año.
El gran cocktail de vacunas que se comenzó a aplicar con una monumental desorganización en nuestro país durante este 2021 que provocó que muchas personas buscaran alternativas para ponérselas en el extranjero; la falta de información respecto a cuál marca de vacuna aplicarse, si son de una, de dos, o de tres dosis; la posible seguridad o no que personalmente otorga el haberse vacunado con AstraZeneca, Pfizer; Cansino etc.
La reciente apertura de fronteras en algunos países, y el cierre en otros, la amenaza latente de la variedad ómicron, Las opiniones encontradas de diversos laboratorios médicos, gobiernos, organizaciones de salud etc; y muy en especial la forma de hacer las cosas a la “VIVA MÉXICO” donde la opinión más acertada será la que más se acerque a lo que nuestra rechingada quiera hacer.
El relajado uso del cubrebocas, el regreso a las clases presenciales, los eventos masivos, incluso convocados por el propio gobierno como aparecieran darnos la confianza de qué el fantasma pronto desaparecerá, cuando estamos aun viendo que las transformaciones de este maldito virus no cesan, y la incertidumbre crece día con día.
Muchos ya hicieron los planes, y están con sus familias después de muchísimo tiempo de no verlos, los abrazos y los besos no podrán evitarse, es la propia naturaleza humana la que nos mueve a arriesgarnos, confiando en las vacunas que ya se tienen en las que vendrán; en que el tiempo ha pasado y que no podemos detener nuestra diaria actuación, en que urge regresar a una normalidad que no volveremos a conocer jamás, que esta nueva realidad de confiar en Dios y su santa voluntad de no contagiarnos es la que nos mantiene a flote, mientras usamos los cubrebocas de moda y traemos con nosotros todos los desinfectantes posibles.
Confiemos en que en esta Navidad no se desatará nuevamente la furia del Kraken.
