“Balada de un hablador” psicoanálisis desde una camioneta escénica

balada de un hablador

En el Pabellón del Jardín Escénico del Centro Cultural del Bosque, una camioneta pick-up se convierte en consultorio, confesionario y espejo. Ahí transcurre Balada de un hablador, comedia en cuatro actos escrita por Miguel Calderón y Andrea Paasch, dirigida por el propio Calderón y protagonizada por Enrique Singer, Fernanda Echeverría, Julián Segura, Ulises Martínez y Ariane Pellicer

Psicoanálisis en clave de humor negro

Lejos de los escenarios solemnes, la obra propone una terapia escénica colectiva. A través de un triángulo entre un psicólogo, su paciente y la hija del terapeuta, el montaje indaga en las relaciones humanas y sus zonas de sombra. Juan, un joven abogado que enfrenta en terapia la muerte de su madre, se ve arrastrado por un torbellino de culpa, deseo y represión. La comedia emerge ahí donde la psicología se enreda con lo absurdo y la vida cotidiana se fractura por el inconsciente.

El texto, entre el humor corrosivo y la tensión emocional, muestra cómo lo reprimido se filtra en los gestos más comunes, revelando una sociedad que persigue ideales ajenos y repite sus clichés. Calderón, con la lucidez que caracteriza su dramaturgia, apunta: Muchos de nuestros conflictos personales no surgen de decisiones libres, sino de imposiciones del mercado o de la presión por pertenecer a un grupo”.

Una escenografía que se mueve

La camioneta escénica —una suerte de vehículo terapéutico itinerante— es diseñada por Ivonne Fuentes, con iluminación de Tania Rodríguez y vestuario de Gabriela Fernández

 Este dispositivo móvil permite que la acción se desarrolle en distintos niveles de intimidad, haciendo de cada cambio de luz un desplazamiento emocional. La dirección de Calderón aprovecha ese espacio contenido para potenciar el ritmo actoral y las pausas del silencio, tan reveladoras como las palabras.

Un retrato contemporáneo

Inspirada en una anécdota real, la pieza desentraña comportamientos universales como la necesidad de hablar, la dificultad de escucharse, la búsqueda de sentido en medio del ruido. Con un elenco sólido y un tono que oscila entre la comedia y la introspección, Balada de un hablador se inserta en una línea de teatro que reflexiona sobre la fragilidad del yo contemporáneo y la constante exposición de las emociones en la esfera pública.

Temporada

La obra se presenta hasta el 6 de diciembre en el Pabellón Escénico del Jardín Escénico (Centro Cultural del Bosque, a un costado del Auditorio Nacional), con entrada libre. Funciones: jueves y viernes a las 19 h; sábados a las 12 y 18 h; domingos a las 12 y 17 h.
Duración: 120 minutos. Recomendada para público a partir de 13 años

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