Caza de brujas genera polémica: Julia Roberts defiende el arte "incómodo"
La verdad, a menudo, no es una superficie pulida, sino un espejo roto que nos obliga a mirar los fragmentos filosos de una realidad que preferiríamos evitar. El arte, cuando es honesto, nos despoja de toda comodidad. Esa es la esencia de ‘Caza de brujas’, el nuevo filme de Luca Guadagnino que llega a España este viernes. La película, protagonizada por Julia Roberts, se ha visto envuelta en una controversia desde su estreno en Venecia. Muchos críticos la han señalado por su supuesta falta de feminismo al abordar un caso de abusos sexuales en una universidad de élite.
Sin embargo, a Julia Roberts no le preocupa la polémica. La actriz estrella adopta una postura tajante. Ella asegura: "Si sales de la comodidad de tu casa es para ir a un lugar incómodo".
La necesidad del miedo en el arte
Roberts se mete en la piel de Alma, una profesora universitaria. Su personaje duda entre creerle a su alumna más brillante, Maggie, o a su mejor amigo, Hank, el compañero del departamento de Filosofía. Hank, interpretado por Andrew Garfield, es el profesor denunciado. Ayo Edebiri encarna a Maggie, la alumna que sufre la agresión.
El planteamiento de Guadagnino ha sido visto por varios medios como un revés contra las mujeres que denuncian agresiones. No obstante, Roberts defiende la incomodidad de la pieza. La actriz fue contundente cuando le preguntaron sobre su papel: "Creo que tienes que tener miedo. Si no lo tienes, estás demasiado cómoda en el mundo del arte", dijo.
Un estudio apasionante de personaje post-#MeToo
La actriz, en un encuentro con periodistas en Venecia, respondió con frases cortas cuando las preguntas se centraron en el #MeToo. La crítica se ha enfocado en que el filme muestra una realidad lejana a la actual.
Julia Roberts se limitó a comentar su relación con el movimiento: "La primera vez que oí hablar de él estaba haciendo la promoción de prensa de ‘Wonder’". Ella pensó, "como mucha gente, que no era nada sorprendente".
Roberts sí reconoció su atracción por el guion. Al leerlo, el "entorno y también los conflictos" le resultaron "realmente interesantes". La actriz aseguró que le intrigaba "de dónde venía eso, cuándo había empezado, y de qué se trataba". Roberts consideró "fascinante" interpretar a Alma. Ella dijo: "No tengo a nadie como ella en mi vida". Además, comprenderla fue "realmente un estudio apasionante de una persona".
Para la protagonista de ‘Erin Brockovich’, lo esencial es "encontrar algo diferente" en los personajes. Ella reflexiona que "eso se vuelve más difícil cuanto más trabajas, pero también más interesante". Añade que "a medida que envejeces, tu punto de vista y tus recursos se amplían muchísimo".
Brecha generacional y el ‘thriller’ moral
El personaje de Alma mantiene una relación cercana con Maggie al comienzo. Dicha relación cambia drásticamente cuando se produce la agresión. La película ofrece así un claro retrato de cómo cada generación enfrenta los cambios sociales.
Roberts considera que "abrirnos a una conversación con alguien que pueda tener otra perspectiva es vital". Esto "nos permite ver las cosas desde otro punto de vista", señaló.
Guadagnino, director de ‘Call me by your name’, se sienta junto a Roberts. Él apunta: "Me gusta pensar que no se trata tanto de una división generacional". Para él, es "más bien una especie de tira y afloja entre personas que intentan imponerse unas a otras".
El realizador precisó que todo lo que viven los personajes "son tensiones humanas que podrían existir en cualquier otro entorno". Estas tensiones, añade, se producen cuando el objetivo es dominar al otro. Guadagnino buscaba "crear un ‘thriller’ moral". La meta era "explorar lo que hay detrás de la fachada de estas personas". También, cómo intentan "enfrentarse a la del otro". Sobre todo, quería "permitir que el público se forme su propia opinión sobre lo experimentado".
Andrew Garfield, por su parte, ve la película como un espejo. El actor cree que el filme "invita a confrontarse consigo mismo". Lo confronta "con su propia parte de maldad, su heroísmo, su vulnerabilidad". También con "todas esas zonas indescriptibles que existen entre medio", concluye.