Gon Curiel: Un comediante al desnudo
Por Carlos Meraz
En el guión de la nueva vida de Gon Curiel el desnudo está justificado e incluso es necesario para entender un proceso de su existencia, donde exhibir públicamente su cuerpo sin nada de ropa terminó siendo una decisión más terapéutica que arriesgada y, sobre todo, valiente ante el hecho de desafiar el qué dirán y de paso monetizar por ello en el servicio de suscripción de contenido para adultos OnlyFans.
Durante la pandemia, que aún continúa más allá del color del semáforo, el comediante de 41 años vio cómo los foros se cerraron indefinidamente, perdió sus ahorros al invertir en un restaurante que por la Covid-19 se fue a bancarrota y en medio de una crisis existencial se aventuró a reinventarse —consciente de no ser un agraciado joven y menos un galán o modelo— se metió al gimnasio y se preparó para burlas y críticas feroces por su acceso a lo que él llama GonlyFans, donde suma una legión de mil 400 fans que literalmente pagan por verlo en traje de Adán.
“Dejé de ser director financiero de una empresa, pues no quería trabajar más en una oficina, pero al final metafóricamente me salí de una para estar en otras; hasta que entendí que yo debo ser la oficina. Llevo 10 años haciendo una comedia estructurada, pero nunca había sido brutalmente honesta, como ahora, que me atreví a romper paradigmas que me limitaban. Exponerme desnudo me hace auténtico y vulnerable”, explicó el standupero.
¡FUERA ROPA!
Como dijera el neoyorquino Harvey Keitel acerca del oficio escénico: “Un actor siempre está desnudo en la pantalla, aunque esté vestido”. Y la experiencia de Gon Curiel redundó en el monólogo ¡Mamá, ya tengo OnlyFans!, que presenta en el Foro Shakespeare.
“No se necesita parecerse a William Levy o Brad Pitt para estar en OnlyFans, el gusto por la persona trasciende lo físico y debo decir que incluso el 95 por ciento de la gente que me sigue son hombres de la comunidad LGBT”, advirtió.
A final de cuentas en el circo de la vida todos en algún momento tenemos que ser equilibristas y enfrentar los retos por difíciles que parezcan. Unos, extreman precauciones ante el peligro, y otros, prescinden del arnés y la red de protección. Gon Curiel ya pertenece al grupo de los segundos.