A Viscaya regresa a su lugar seguro con ‘JamaiKita’

A Viscaya

Por Aarón Cruz Soto 

En una escena musical aún marcada por desigualdades de género, A Viscaya irrumpe con una propuesta que combina sensibilidad y rebeldía. Con ‘JamaiKita’, la cantautora leonesa reivindica la creación femenina como un espacio de refugio y poder, donde el arte no solo invita al baile, sino también a repensar la identidad y la autonomía desde una voz que desafía los límites de la industria y celebra la fuerza de lo emocional.

En este sencillo, la artista destaca la adaptación de géneros anglosajones a la lengua española y fusiona el pop electrónico con la nostalgia del EDM de la década de 2010. A Viscaya observó que los artistas latinos toman influencias musicales para adaptarlas a “nuestra esencia, a nuestra cultura y, también, a nuestra lingüística”.

Refugio personal e inspiración del EDM

El nuevo tema es una pieza rítmica diseñada para el baile y la intimidad. Tiene 126 bits por minuto. ‘JamaiKita’ se inspira en el EDM de festivales, con referencias a artistas como Army Van Burer y CV Harris. A Viscaya buscó rememorar las sensaciones de “conectar bonito con la gente”.

El motor principal de la canción es el concepto de refugio. La artista explicó que observó la hiperconexión actual, donde la gente recurre al teléfono “por inercia”. También notó la dificultad para mantener relaciones a distancia.

A Viscaya explicó que la canción es “la inspiración de regresar a tu lugar seguro, a tu centro, a tu familia, a tu amigo, tu amigue, tu pareja. Este refugio puede ser tan simple como un apapacho o que la mamá prepare un cafecito. Tales actos hacen sentir a uno protegido, aunque solo sean microsegundos”.

Sátira social 

El concepto visual de ‘JamaiKita’ plantea una narrativa disruptiva. A Viscaya describe el videoclip como una “sátira” y una “crítica social”. Aborda un concepto distópico donde monopolios controlan la música y se convierte en “mercancía”.

La cantautora tiene un “alma rebelde”. Buscó expresar la frustración de sentirse “víctima del sistema”. Su crítica se centra en los obstáculos que enfrenta el artista emergente.

El símbolo del poder corrupto es el CEO Cerdo. Esta figura aparece en el video para representar de manera “literal” y satírica “lo sucio, lo malo… cómo lo que nos está trabando. Este personaje domina la industria”. En el videoclip, A Viscaya y su colaboradora Alejandra se unen a un movimiento clandestino para derrocar esa industria.

El arte funciona como “un tipo de arma” contra el control. Sobre la “munición” de ‘JamaiKita’ para luchar contra la comercialización excesiva, la artista fue enfática: “Si las personas nos unimos en con un fin común podemos lograrlo”. El video proyecta el poder de la unión colectiva como la mejor forma de levantar la voz.
 

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