No hay que bajar la guardia así haya signos de recuperación económica

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Por Moris Beracha

El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Trabajo, entre otros organismos multilaterales, ya han ofrecido sus pronósticos para lo que resta de año y también se han aventurado a hacer sus proyecciones para el próximo. El 10 de agosto le tocó el turno a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, pero no fue para ofrecer previsiones, sino para hacer público sus “indicadores avanzados compuestos”.

Los más recientes datos de la organización, en los que se comparan los meses de junio y julio, revelan signos de moderación en el ritmo de crecimiento de la mayoría de las grandes economías, como es el caso de Estados Unidos, Japón y Canadá. Estos tres países, en el contexto de la pandemia, si bien progresaron poco lograron hacerlo por encima de la tendencia.

También se observaron avances en el Reino Unido y en varios países de la zona euro, entiéndase Alemania (101,93 puntos en julio, 23 centésimas más que en junio) e Italia (101,91 puntos, 33 más). 

España, Portugal y Francia, sin embargo, están entre los países que se mantuvieron por debajo de la tendencia. El primero obtuvo 99,79 puntos, aunque esto supuso 34 centésimas más que en junio; el segundo contó con 98,20 puntos, ganando 14 centésimas y el tercero recibió 98, 14 centésimas más.

En las economías emergentes, un aumento a ritmo constante se apreció en China, gracias al sector manufacturero, así como en la India. Brasil, no obstante, sigue dando muestras de un deterioro en su crecimiento: -22 centésimas hasta los 102,34 puntos. 

Chile, en cambio, se impuso. Tras constatar un descenso de una centésima en junio, subió en julio para situarse en 102,63 punto. Es la cifra más alta de todos los países analizados, según la OCDE.

Sin embargo, es conveniente aclarar que el valor de estos indicadores no da una idea del porcentaje de crecimiento o de disminución de la actividad económica en un determinado país, sino de la intensidad de las inflexiones en el ciclo económico.

Entonces, ¿qué nos dicen estos números? Que si bien hay signos de moderación del crecimiento en la mayoría de grandes economías, no se puede que bajar la guardia. Ciertamente ha sido positivo el levantamiento de las restricciones por la pandemia del covid-19 en numerosos países, así como a las campañas de vacunación, pero la incertidumbre persistente más ahora con la variante delta. 

Esa incertidumbre, advierte la OCDE, podría seguir generando fluctuaciones mayores de lo normal en los indicadores, por lo que deben ser interpretados con precaución. Y aunque las perspectivas de la economía mundial han mejorado, la recuperación será, sin duda, desigual.

En las economías avanzadas la recuperación va relativamente por buen camino: cada vez son más las personas vacunadas, las empresas se están adaptando mejor a las restricciones que se implementaron para contener la propagación del virus y los estímulos de los gobiernos han sido decisivos. 

Pero no se puede decir los mismo del resto de las naciones donde el acceso a vacunas es limitado, al igual que la capacidad de apoyo de sus gobiernos.  Así que los países deberán redoblar esfuerzos para no solo salir de la crisis, sino procurar la senda del crecimiento, así sea moderado.