La deuda externa sube como la espuma en Brasil, Chile y México

Por Moris Beracha

El más reciente informe del Instituto de Finanzas Internacionales da cuenta de cómo las economías llamadas “emergentes”, entre las que se encuentran Brasil, Chile y Argentina, vieron crecer, en gran proporción, sus niveles de endeudamiento externo durante el primer trimestre de este año.

Esta triada de naciones integra, conjuntamente con China y Sudáfrica, la lista de las cinco que incrementaron sus obligaciones financieras, en razón de la fuerte depreciación de sus monedas frente al dólar y por el decrecimiento de su PIB, en la mayoría de los casos, como consecuencia del impacto del COVID-19 en sus economías.

Durante ese periodo tenemos que la deuda de Chile se incrementó 30%, seguida por la de Brasil, que subió 20%; mientras que México alcanzó 12%. En los casos específicos de Brasil y Chile, el informe del IIF destaca que, en gran medida, el alza tiene su origen en los esfuerzos fiscales que ambos gobiernos están llevando a cabo para intentar revertir los daños de la pandemia en las finanzas públicas y privadas.

En lo que concierne a México, el IIF reporta que el crecimiento más rápido se observa en los datos de ese país. La deuda del gobierno se considera la más robusta, por cuanto alcanza 38% del PIB, superando en 34.5% el registro alcanzado por este indicador durante similar periodo en 2019.

El IIF agrupa a las mayores organizaciones financieras con presencia mundial, ante lo cual los resultados y las proyecciones que se ofrecen en los informes preparados por este instituto, gozan de credibilidad y respaldo internacional. Los datos de deuda comparada, expresados en el documento, incluyen indicadores como obligaciones del gobierno, corporativos no financieros, sector financiero y los activos domésticos.

De igual manera, en este papel de trabajo se expresa preocupación por otro grupo de países, considerados con mayor vulnerabilidad económica, tales como Turquía, Sudáfrica y Ucrania, por cuanto sus reservas internaciones son muy escasas y se teme que no puedan responder a los compromisos contraídos con sus acreedores.

Mientras tanto, en el continente americano, los analistas no han manifestado duda alguna acerca de si Brasil y México podrán hacer frente a su deuda, ya que sus inconvenientes son más de naturaleza doméstica. Por su parte Chile, mantiene la mejor posición, en razón de la línea de financiamiento con el FMI y la excelente imagen de la cual disfruta en el concierto económico mundial. 


La deuda de esos países sube como la espuma, pero también se sabe que solo es el reflejo de factores coyunturales, y que, en cualquier momento, se logrará el equilibrio fiscal y financiero necesario para hacer frente a las obligaciones crediticias.