Los invisibles: El abuso sexual contra menores de edad

Por María Fernanda Delgado

Estamos ante uno de los temas más escabrosos que pueden tratarse en la actualidad, pero la idea de ver las noticias y enterarnos de que un sacerdote costarricense prófugo por cargos de pederastia se estaba refugiando en México hace que nos replanteemos cosas como el tipo de sanciones que existen en el país para este tipo de delitos. Al buscar es posible encontrarse con varias (y muy desagradables) sorpresas. 

Primeramente, para poder poner un antecedente citaremos la definición de la página del DIF del Gobierno Federal: “Es (…) cuando una persona de la misma o mayor edad, los obliga (a los niños) a tener contacto sexual a través de caricias, besos o tocamientos; a ver y escuchar material explícito para adultos, exhibir partes de su cuerpo (genitales) y/o a manifestar cualquier comportamiento de tipo sexual”. 

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México, primer lugar mundial en Abuso a Menores 

El año 2017 México recibió una de las condecoraciones más terribles y deshonrosas que puede recibir un país, el número uno a nivel mundial en abuso infantil, según la OCDE. Y al parecer aún no ha descendido en la lista, ya que conservó su puesto en 2018 y 2019. 

Refugio de Impunidad 

Según el FBI, México se convirtió en el hogar perfecto para quienes huyeron de Estados Unidos por Delitos Sexuales durante el año 2013, ya que, debido a la cercanía entre ambos países, aunado a la flexibilidad que tienen los ciudadanos estadounidenses para entrar (al parecer los documentos necesarios para entrar como Turista son un pasaporte y visa vigente para transitar durante 180 días).  

Entre los nombres indeseables a mencionar, destacan Timothy Paul Hitchcock, quien llegó a desempeñarse incluso como funcionario de la SNTE, era profesor en una escuela privada al momento en que los aprehendieron por abuso a un alumno, durante el 2017. Otro caso es el de Thomas Emil Sliwinski, quien estuvo varios años en Baja california, ya que había huido de la justicia de su país por abuso de menores. Y podríamos seguir todo el día; de una lista de 59 delincuentes aparentemente refugiados en el territorio nacional que reveló el FBI, 9 son agresores sexuales infantiles. 

Por último, hasta 2017 se tiene registro de que sólo un 02.00 % del total de los casos de abuso infantil se denuncian. 

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Lo que hace el Gobierno al respecto 

Por lo que concierne a las leyes, es una situación aún más compleja, pues según parece, aún son sólo siete los estados de la República los que tipifican el abuso sobre menores como delito grave, con una pena de entre 5 y 30 años de prisión, contando entre ellos a Baja California, Oaxaca, Chiapas Guerrero, Jalisco, Quintana Roo y Tlaxcala. 

Si bien, el aparato jurídico queda deficiente a primera vista, la Suprema Corte de Justicia promovió una reforma al Código Penal Federal en su artículo 209 Quáter, estableciendo “la imprescriptibilidad de este delito” y adicionando un último párrafo al artículo 400 para “sancionar a quien encubra al delincuente”. También la diputada Verónica Juárez Piña propuso reformar el Código Penal Federal a fin de: “evitar la prescripción del delito y el castigo imparcial de los cómplices, a pesar de que se trate de funcionarios públicos”.  

Actualmente en el Código Penal Federal se da una pena de: “nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil doscientos cincuenta días multa” a los culpables por pederastia, y la pena puede ser aumentada por agravantes como el uso de la violencia, que se traduce en sumar lo equivalente a la mitad de la condena antes dictada.  

En lo tocante a la producción de material sexual o de abuso explícito con menores: “se le impondrán de cinco a diez años de prisión y de mil a dos mil días multa” a quien lo procuce, y la pena se recrudece si el material es distribuido o comercializado con: “diez a catorce años de prisión y de quinientos a tres mil días multa.” 

Esto se complementa con lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que: “obliga al Estado Mexicano a anteponer el interés superior de la niñez en todas sus decisiones y actuaciones para garantizar su desarrollo integral”.  

Pero a pesar de esto, tiene mucho que ver el código penal local, porque si más bien es tomado el hecho como una falta administrativa, un agresor puede salir pagando una fianza de 3 a 1200 días de salario. 

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Cifras de terror 

Para entender mejor este asunto es necesario mencionar que hasta ahora, cuando se denuncia un abuso sexual infantil este no se tipifica de manera distinta a el que puede denunciar un adulto, además de que, al contar con organismos autónomos de justicia por estados, los criterios de tipificación también varían, llegando incluso a encasillar el abuso sexual con las mismas implicaciones de una violación; por lo que no existe como tal una cifra oficial. 

Dentro de las pocas cifras existentes, se tiene que en el año 2015 alrededor de 300 pequeños requirieron atención hospitalaria debido a una violación, de los cuales el 88% fueron niñas y adolescentes, y los estados con mayor incidencia de estos casos fueron Querétaro y Tlaxcala. Mientras tanto, los estados con mayor incidencia de abuso sexual en el país son Chihuahua, Baja California Norte y Sur, Jalisco, Colima y Morelos. 

Donde se encuentran los depredadores 

Las estimaciones actualizadas de la OCDE señalan que hay alrededor de 4.5 millones de niños, niñas y adolescentes que sufren abusos en el país. De estos pequeños, casi un 80% son víctimas de personas dentro de su propio núcleo familiar. Según los datos del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, los agresores se catalogan de la siguiente manera: Abuelos/Padrastros 30%, Tíos 13%, Padres Biológicos 11%, Primos 10%, Vecinos 8%, Maestros 7% y Hermanos 3%.  

El abuso a menores es un fuerte problema para las curias mexicanas. La situación en México es verdaderamente singular, y nos coloca en una posición muy dolorosa tomando en cuenta la predominancia del catolicismo. En meses pasados, previo a una magna reunión llevada a cabo por el Papa Francisco con los obispos presidentes de las conferencias episcopales, el representante mexicano, Monseñor Rogelio Cabrera López dio a conocer fuertes datos destacando que en lo que va de la década se ha separado de su cargo a 152 sacerdotes por practicas pederastas; pero no se trata de una cifra absoluta, pues en muchos casos los obispos encubren a los culpables.  

Por último, están las redes de tráfico de personas y la pornografía infantil. 

 Denso como pocos temas, nuestro país tiene varios casos sórdidos al respecto; desde personas infamemente inmortalizadas como Jean Succar Kuri y Kamel Nacif, hasta la red que por décadas fue un secreto a voces en la Arquidiócesis de Saltillo, comandada por el infame “Padre Meño” (Juan Manuel Riojas). 

Las ciudades del país que tienen registro de mayor actividad de turismo sexual son principalmente Acapulco, Cancún, Tijuana, Ciudad Juárez o la capital del país.  

 Los alcances de las organizaciones que comercian pornografía infantil han llegado a ser internacionales debido a su presencia en internet. La forma más común de distribución de estos archivos es la formación de comunidades que comparten a través de distintas plataformas, que ellos mismos producen o que compran de organizaciones dedicadas a esto, y que suelen dar a cambio de un pago o de más material. Y es que el negocio de la pornografía infantil ha crecido exponencialmente en los últimos años, se tiene registro de que estas actividades han llegado a reportar ganancias de 30 mil millones de dólares a nivel mundial por año. 

Prevención 

El gobierno tiene un trabajo titánico que realizar para poder mejorar la situación para la infancia mexicana, pero este trabajo no tiene ningún sentido si la sociedad se mantiene apática a esta situación.  

El DIF Nacional recomienda que se tomen algunas acciones para prevenir y proteger a los niños que nos rodean: 

° La mejor manera de prevenir esta situación es mostrarle al menor que él es el único que tiene derecho sobre su cuerpo, la diferencia entre las muestras de afecto y los acercamientos inadecuados; así como el hacerles saber que hasta las personas cercanas pueden lastimarlos y que deben hacerle saber a sus personas de confianza cualquier situación que los incomode. 

° En caso de que se noten comportamientos extraños en un pequeño, (cambio de humor, pesadillas, moja la cama cuando ya no lo hacía, tiene comportamientos sexuales impropios de su edad, muestra de temor hacia alguien o se niega a asistir a algún sitio), se implementen una serie de acciones conocidas como las “3 C´s”, que consisten en: 

1.- Confíe en ellas y en ellos para que hablen con libertad y evite regañarlos y/o acusarlos. 

2.- Créales y hágales saber que siempre dicen la verdad respecto al abuso sexual. 

3.- Comuníqueles que no han tenido la culpa de lo sucedido y asegúreles que usted no permitirá que se repita. 

Recordemos que en un instante la vida de una persona puede ser destruida por una situación de riesgo, estemos atentos y protejamos a los pequeños que nos rodean.