Dan de alta a Yaneth, la joven embarazada víctima de la explosión en Iztapalapa
Tras casi tres meses de luchar por su vida y la de su bebé, Yaneth Guadalupe Guerrero López, de 22 años, ha recibido el alta médica. La joven, quien estaba embarazada al momento de sufrir quemaduras en el 60% de su cuerpo durante la devastadora explosión de una pipa de gas en el Puente de La Concordia, Iztapalapa, ha regresado a casa en lo que los médicos califican como una evolución excepcional.
Un milagro médico La Secretaría de Salud de la Ciudad de México confirmó la noticia. Yaneth permaneció internada en el Instituto Nacional de Rehabilitación desde el pasado 10 de septiembre, fecha en que ocurrió el siniestro que cobró la vida de 31 personas y dejó más de 50 heridos.
Su caso representó un reto monumental para los especialistas: además de las quemaduras profundas en la piel, Yaneth presentaba daños internos severos por haber inhalado fuego y humo caliente. A esto se sumaba la complejidad de su embarazo, situación que obligó a los médicos a realizar múltiples cirugías con extremo cuidado para no comprometer ninguna de las dos vidas.
El viaje que cambió todo La mañana de la tragedia, Yaneth viajaba con su esposo, Francisco Uriel Rosas, su hijo Uriel Antonio y su sobrino Mateo. La familia se dirigía a Santa Martha para comprar pirotecnia para las fiestas patrias cuando quedaron atrapados en la nube de gas LP.
Según relató su esposo, él reaccionó cerrando las ventanas para protegerse del fuego, logrando resguardarse junto con el sobrino. Sin embargo, en un instinto materno desesperado, Yaneth intentó bajar del auto para huir con su hijo menor. Esa decisión la expuso directamente a la onda de calor y las llamas.
Jazlyn y la "abuela heroína"
Otra historia de supervivencia A la par de la recuperación de Yaneth, las autoridades informaron sobre el regreso a México de la pequeña Jazlyn Azuleth, de dos años. La menor fue atendida en el Hospital Shriners de Texas gracias a la gestión de la Fundación Michou y Mau.
La supervivencia de Jazlyn es el legado de un sacrificio de amor: su abuela, Alicia Matías, la protegió con su propio cuerpo envolviéndola en una cobija cuando sobrevino el estallido. Alicia, conocida ahora por sus vecinos como la "abuela heroína", sufrió quemaduras en el 50% de su cuerpo y falleció días después, dando su vida para que su nieta pudiera tener una segunda oportunidad.
