La BJ, base de operación de 'scorts' colombianas y sudamericanas

Foto: Pixabay

Por Salvador Zárate

Ciudad de México.- De incógnito se han ido ubicando en la alcaldía Benito Juárez. Sólo necesitan de un prestanombres o de un aval que les haga los trámites para poder rentar un departamento en condominios de las colonias Del Valle, Narvarte, San Pedro de los Pinos, Portales o Nápoles. Son de origen sudamericano, la mayoría de ellas venezolanas, a quienes, en efecto, a ellas sí… la pandemia les cayó “como anillo al dedo”.

En los últimos cinco años, el territorio benitojuarense se ha convertido en la zona céntrica, ideal y punto de operaciones de quienes se promocionan en redes sociales como “scorts”, comúnmente conocidas como damas de compañía, quienes ejercen la prostitución, pero con servicio “ejecutivo”, es decir, de forma selecta para quienes puedan pagar altas sumas de dinero. Unas horas de placer varían entre los 10 mil y 15 mil pesos. También hay quienes se ofrecen como acompañantes de fin de semana en los paradisíacos puntos turísticos de nuestro país. También en esta zona se han dado golpes a bandas dedicadas a la trata sexual de mujeres.

“A lo que se dediquen, es muy respetable. Comienzan los problemas cuando no respetan a los vecinos, ni las reglas de un condominio. Fiestas y gritos a altas horas de la noche o durante toda la noche. En ocasiones de lunes a viernes. La quema de marihuana y entrada y salida de gente desconocida”, advierte Santiago Gómez Lorenzo, vecino de la colonia Nápoles.

Según el testimonio brindado por Gómez Lorenzo, en este sector de la BJ “estuvieron invadidos” por un grupo de mujeres sudamericana y con ellas llegaron “muchas broncas a la colonia”.

“Imposible reclamarles directamente, cuidado con eso. Ellas traen matones, por lo regular están vinculadas a las células delictivas que operan en la Ciudad de México”, aseveró.

Agregó que por lo regular habitan a lo máximo dos años un domicilio, porque “se van a otra colonia” en cuanto se acumulan las quejas vecinales. “Cambian de morada cada vez que comienzan las sospechas vecinales o cuando ya no pueden ocultar el negocio”. 

Se sienten inseguros

En sus apartamentos, de ventanales con vidrios previamente polarizados, las chicas reciben a sus clientes, no importando si los vehículos de estos obstruyen los espacios de estacionamiento de los demás inquilinos durante más de 12 horas...

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