Va por los Árboles: el movimiento ciudadano que busca reconciliar a la CDMX con su infraestructura verde

El viernes 27 de septiembre, Fitto Segura conversó sobre la campaña “Va por los Árboles”, una iniciativa que busca cambiar la manera en que los capitalinos entienden y cuidan a los árboles urbanos

El viernes 27 de septiembre, Fitto Segura conversó sobre la campaña “Va por los Árboles”, una iniciativa que busca cambiar la manera en que los capitalinos entienden y cuidan a los árboles urbanos. La entrevista giró en tres grandes ejes: la importancia de los árboles como infraestructura, la acción ciudadana y las alianzas estratégicas, y el simbolismo de mirar a los árboles como vecinos indispensables para la vida en la ciudad.

Árboles como infraestructura y riesgos urbanos

Para Segura, lo primero es cambiar la mirada: los árboles no son adorno, sino infraestructura esencial para la vida.

Las ciudades se tienen que adaptar a los árboles. La importancia que tienen los árboles para la vida del ser humano. A los árboles los vemos como un ente que está allí. Llevan un cronómetro biológico muy distinto. Hay árboles centenarios o de cincuenta años, están desde antes que nosotros”, señaló.

En la Ciudad de México conviven especies endémicas con otras traídas de fuera, como el eucalipto, la jacaranda o las palmeras. Todas cumplen funciones clave en un entorno marcado por las llamadas islas de calor:

“Se genera un fenómeno que se llama islas de calor. Tú necesitas los árboles para mitigar el efecto de las islas de calor. Es diferente la sombra que te da un techo, a la que te da un árbol”, puntualizó.

El problema, advierte, es que la ignorancia y las malas prácticas ponen en riesgo a esta infraestructura verde. Ejemplos hay muchos: clavar objetos en los troncos para instalar luces en restaurantes o cafeterías, cubrir el suelo con cemento, plantar especies que compiten con el agua de otras o no darles mantenimiento adecuado.

“Tenemos que aprender a vivir con ellos, a cuidarlos. Muchas veces no nos damos cuenta del daño que le podemos hacer”, agregó.

Hoy, además, los árboles urbanos enfrentan amenazas graves: una plaga de muérdago que debilita a cientos de ejemplares, el desinterés en podas responsables y la falta de equipamiento especializado en las alcaldías. Segura recordó que ninguna demarcación cuenta con una máquina destoconadora, necesaria para retirar raíces de árboles muertos sin dañar el suelo.

La falta de coordinación entre empresas y autoridades también agrava el problema. El propio Segura ha documentado casos como el de una cadena de farmacias que podó árboles para dar visibilidad a sus anuncios, o las podas severas que realiza la CFE cuando los cables eléctricos se enredan con las ramas.

La pregunta que deja sobre la mesa es clara: ¿por qué no integrar los árboles en los proyectos de construcción en lugar de verlos como obstáculos?

Acción ciudadana y alianzas

La campaña “Va por los Árboles” no trabaja sola. En su esquema de acción participan colectivos como Reforestamos México, Los Supercívicos e Imperfect Project, formando un triángulo de colaboración entre técnica, activismo y arte.

Segura explica que esta unión busca llevar el tema a todos los niveles, desde empresas hasta vecinos:

“Ese es el objetivo, donde cada uno vaya siendo el eslabón de una cadena. El objetivo de este proyecto no es centrarse solo en el área metropolitana", detalló.

El mensaje es claro: la defensa de los árboles no puede depender únicamente del gobierno. La ciudadanía puede hacer mucho con acciones simples:

  • Evitar clavar objetos o instalar luces que dañan a los árboles.

  • Cargar un aspersor pequeño para limpiar la corteza cuando los perros orinan sobre ella.

  • No retirar las hojas caídas, pues mantienen la humedad del suelo.

  • Denunciar podas agresivas o inadecuadas.

  • Informarse sobre qué especies son viables antes de plantar.

“Muchas veces, la gente es bien intencionada, pero no tiene conocimiento”, advirtió.

La idea es despertar interés, generar acción comunitaria y también abrir un nicho laboral: Segura denuncia la escasez de jardineros especializados en la ciudad, un trabajo que podría tener campo de desarrollo y remuneración justa.

La denuncia ciudadana, en este sentido, se convierte en una herramienta de presión para frenar abusos. “Debemos sentarnos a dialogar con las constructoras, porque llegan y se echan los árboles. No les importan”, afirmó.

La defensa del entorno empieza desde lo más cercano

La campaña no solo trabaja en talleres o denuncias: también busca símbolos que acerquen a la gente a la experiencia de convivir con un árbol. Uno de ellos es la trepa de árboles, actividad que incluso podría derivar en un campeonato latinoamericano.

Subir a un árbol cambia la perspectiva:

“Era importante ver a los árboles desde arriba, no desde abajo, como estamos acostumbrados. Esta parte de subir a un árbol es conocer al árbol. Estando en la copa, se ven las condiciones, ramas, plagas, etcétera. Es un ente vivo, lo tienes que ver de la cintura para arriba también. La fauna, todo lo que se vive. Es el conocimiento del ente completo”, añadió.

La experiencia busca recordar que los árboles son vecinos con los que compartimos la ciudad. Cuidarlos es, en palabras de Segura, cuidar nuestro propio futuro:

Creo yo, que es el reflejo de tu vida. Yo vivo en un buen lugar y quiero dejar un buen lugar. Es mi vecino el árbol: yo te cuido, tú me cuidas, me alegras la vida”, agregó.

El mensaje de “Va por los Árboles” es sencillo y contundente: la defensa del entorno empieza desde lo más cercano.

“Esta iniciativa busca empapar a toda la gente. Estamos en un país que es muy rico, no dejemos que se pierda esa riqueza y empecemos con nuestro vecino el árbol”, finalizó

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