Más allá del chaleco antibalas, el uso de prendas con blindaje crece en México

Redacción
Ciudad de México.- Cuando pensamos en blindaje corporal, nos viene a la mente el chaleco antibalas de algún policía o elemento de las Fuerzas Armadas, pero la realidad es que el panorama es mucho más amplio, puesto que la vestimenta también abarca camisas, chamarras, espinilleras, guantes, etcétera.
Y es que la evolución de las prendas de protección comenzó a dar un giro significativo en la década de 1960 con el desarrollo de fibras sintéticas, que mejoraron tanto la resistencia como la durabilidad de los materiales utilizados en ropa de seguridad. Actualmente, existen tres niveles básicos de materiales para el blindaje corporal que incluyen una parte delantera y trasera.
Además, su principal elemento es la aramida o híbridos de aramida con polietileno. Mientras que los niveles NIJ III y NIJ IV, se diferencian por el uso de placas de polietileno de ultra peso molecular y de cerámica balística con respaldo de aramida o polietileno, respectivamente.
“La efectividad de este tipo de materiales es alta al momento de distorsionar la velocidad de proyectiles y distribuir la energía del impacto, reduciendo su letalidad”, agregó John Valbuena, presidente de la Comisión de Blindaje Corporal del Consejo Nacional de la Industria Balística (CNB), instancia fundada en 2017.
Con base en el experto, en México, durante los últimos años, la adquisición de ropa de esta índole ha ido en aumento, dado que en 2022 el índice de compra fue de 15%, en 2023 18% y en 2024 se mantuvo entre 18 y 20%.
UN PAÍS CON ALTA INSEGURIDAD
Si bien parte del éxito de estas prendas se debe a la adaptabilidad y la fácil configuración para cada persona, también ha influido el entorno de inseguridad en el país. De acuerdo con el portal Statista, hasta junio de 2024, el 52.3% de los mexicanos expresó sentir temor al transitar las calles que usa habitualmente.
Mientras que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), menciona que 43.1% de la población de 18 años y más ha cambiado sus hábitos al portar cosas de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito.
“El compromiso del CNB es fomentar la cultura del blindaje en los mexicanos. Si bien las instituciones públicas y empresas privadas dedicadas a la seguridad cuentan con estrategias desarrolladas para la integridad de sus colaboradores, el compromiso ha trascendido hasta ciudadanos en busca de protección personal o familiar. Incluso, existen prendas de uso cotidiano adaptables como chamarras, chalecos, camisetas, portafolios, mochilas o prendas de mascota”, mencionó Ignacio Baca Torres, delegado de la Comisión de Blindaje Corporal del CNB.
EL MERCADO REGULADO
Y es que el acceso a vestimenta blindada en México es posible gracias a la regulación del mercado por instituciones que cuidan el uso de materiales auténticos y procesos rigurosos. Sin embargo, existe un área de oportunidad por mejorar el marco legal que abarque todos los aspectos del blindaje, con el fin de regular a empresas fraudulentas o que operan bajo la ilegalidad.
Tras ello, el CNB, que es un órgano que agrupa a empresas que cumplen con todas las certificaciones requeridas, realiza esfuerzos para que las gentes interesadas se acerquen a compañías de confianza y obtengan un mayor conocimiento de blindaje corporal, así como para una inversión adecuada, la cual varía según la configuración y talla.
“Una de las principales preocupaciones de quienes acuden a las empresas asociadas al CNB para adquirir o conocer sobre blindaje corporal es pasar desapercibidos y evitar ser identificados por el uso evidente de una prenda blindada. Ante ello, nuestra labor como órgano representativo de la Industria del blindaje en México, es garantizar la visibilidad y la seguridad de las diferentes prendas” apuntó Valbuena.
IMCM

