Nueva caravana de mil migrantes parte este sábado de Tapachula

EFE

Ciudad de México.- Una nueva caravana de unos mil migrantes salió la madrugada de este sábado de Tapachula, Chiapas, con la esperanza de avanzar en su camino a Estados Unidos.

Sin dinero, sin papeles y con la amenaza de que pueden ser deportados, cientos de migrantes ecuatorianos, venezolanos, hondureños, guatemaltecos, salvadoreños, colombianos y nicaragüenses decidieron salir en caravana para unirse al primer contingente que partió el pasado 28 de febrero.

A pesar del riesgo que representa ir caminando por las carreteras, los migrantes emprendieron el camino al ver que el primer contingente no fue detenido por las autoridades.

A esta caravana se unió Jaime Israel Curri de 40 años, originario de Honduras, quien sufrió la amputación de su pierna izquierda en 2009, luego de subirse al tren en Ixtepec, Oaxaca.

Este migrante narró que en aquel incidente llevaba cuatro días sin dormir y el cansancio provocó que se cayera en una zona montañosa cercana a Tierra Blanca, Veracruz.

Quedé debajo de las vías y la bestia pasó encima de mí. El tren no me había hecho nada, sino que fue el último vagón el que me quebró la pierna, lo que hice fue salir del monte de donde caí y me hice un torniquete, para seguir caminando”, compartió.

En Tapachula, lo amputaron y le colocaron una prótesis, pero fue devuelto a su país, aunque la prótesis le dificulta caminar, eso no lo ha detenido, debido a que en Honduras no tiene casa y tiene que mantener a sus cinco hijos y a su esposa, lo que lo ha llevado a migrar nuevamente.

Esta es la cuarta ocasión que sale de Honduras y llega a Tapachula, en busca de cruzar por territorio nacional, pero hace tres días se enteró que han empezado a salir las caravanas y de última hora emprendió el camino.

Juan Sebastián González, originario de Venezuela, dijo que se unió a este grupo porque se quedó sin dinero, ya que lo poco que le quedaba se lo robaron en los retenes y no tenía otra opción.

Dijo que, por ejemplo, en Venezuela no tienen un sueldo digno, por lo que tienen que vender las viviendas, sus cosas y algunas personas viven de los robos y de las extorsiones para poder sobrevivir, por lo que ese país se ha vuelto “corrupto”.

Al grito de “¡Sí, se puede!” y “Nos vamos” los migrantes pasaron el primer retén ubicado en el Ejido Viva México, donde únicamente fueron grabados por un agente de migración y continuaron su marcha.