Preocupan a ONG y expertos la expansión del mercado ilegal de tabaco y vapeadores
Redacción
Ciudad de México.- Especialistas en seguridad y sociedad civil alertaron sobre la rápida expansión del mercado ilícito de vapeadores y tabaco en México, durante la presentación del informe “Humo, vapeo y poder, el nuevo negocio del crimen organizado”, elaborado por Defensorxs, una ONG que promueve e impulsa la protección de los derechos humanos.
Dentro del análisis, señalaron que ambos mercados, antes marginales, ahora se han convertido en fuentes estratégicas de financiamiento para siete cárteles, algunos de ellos designados en febrero pasado como organizaciones terroristas por Estados Unidos.
Los expertos participantes, Miguel Alfonso Meza, presidente de Defensorxs A.C; Oscar Balmen, periodista especializado en seguridad pública; Armando Vargas, coordinador del Programa de Seguridad de la ONG México Evalúa; Rodrigo Peña, director del Seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México (Colmex) y Fernando Escobar, investigador de la Causa en Común, coincidieron en que estas economías ilegales están reconfigurando rutas, cadenas logísticas y estructuras enteras del crimen organizado.
VAPEADORES: PROHIBICIÓN Y VACÍO REGULATORIO
Para los especialistas, la prohibición de vapeadores y la falta de trazabilidad generaron un vacío que los cárteles ocuparon de inmediato. Hoy controlan importaciones clandestinas —principalmente de origen asiático—, reempaque, venta digital y distribución a través de menores en escuelas y tianguis.
Con base en Defensorxs, entre las consecuencias más graves identificadas en el comercio ilícito de vapeadores están:
● Extorsión policial alimentada por la ambigüedad legal.
● Reclutamiento de menores como distribuidores.
● Lavado de dinero mediante empresas fachada e importaciones falsas.
● Venta digital difícil de rastrear operada desde la informalidad.
Por su parte, facciones del Cártel de Sinaloa, especialmente “Los Chapitos”, dominan el negocio de vapeadores, mientras La Unión Tepito fortalece su relación con grupos asiáticos para controlar la oferta en la capital.
Además, el texto subraya que el Cártel del Noreste recurre a esta actividad como fuente de financiamiento para sus actividades criminales, centrándose en el comercio de vapeadores que traen desde Asia, para revenderlos principalmente en escuelas y centros de trabajo. Del mismo modo pronuncian que tal como hicieron Los Zetas en un inicio, esta banda delincuencial tiene su propia firma —CDN— para distinguir sus cigarros y vapeadores del resto de los cárteles.
DIVERSIFICACIÓN CRIMINAL Y USO DE RUTAS
Por su parte, el escrito abunda que debido a la atención que pone el gobierno de Estados Unidos al tráfico de fentanilo que llega desde México, el Cártel del Golfo ha tenido que hacer un giro inesperado: mantener vivas las rutas de tráfico de drogas hacia Texas, pero con tabaco ilegal y vapeadores, ya no opioides sintéticos.
En México, agrega el reporte, dos de cada 10 cigarrillos consumidos son ilegales, un mercado que mueve entre 15 y 20 mil millones de pesos al año y que fortalece la operación criminal a nivel nacional. Este negocio ha permitido a distintos grupos del crimen organizado consolidar redes completas que incluyen fabricación pirata, bodegas clandestinas, robo de carga, distribución y venta minorista.
Un ejemplo de ello es el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cual opera fábricas propias en el Estado de México, Jalisco y Morelos, e incluso explora cultivos transgénicos de tabaco para asegurar producción. Mientras que la Nueva Familia Michoacana utiliza el tabaco ilícito para reforzar el control social en Tierra Caliente, a la par los Cárteles Unidos, el Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste lo emplean como fuente de recaudación y financiamiento.
Respecto a las rutas del tabaco ilegal, estas coinciden con las de armas, drogas y migrantes, al tiempo que la mezcla de mercancía legal con ilegal ha contaminado cadenas de transporte sin que las empresas lo detecten. Asimismo, el reporte enfatiza que los costos derivados de sobornos, robo y cobro de piso explican que una cajetilla ilícita pueda llegar a costar hasta 150 pesos.
UN MOTOR FINANCIERO PARA DELINCUENTES
El informe también documenta cómo siete organizaciones —CJNG, Cártel de Sinaloa (Los Chapitos), Nueva Familia Michoacana, Cártel del Golfo, Cártel del Noreste, Cárteles Unidos y La Unión Tepito— han convertido vapeadores y tabaco en una “caja chica” que sostiene operaciones, reclutamiento, control territorial y confrontaciones.
“Este mercado ilícito financia armas, logística criminal y enfrentamientos armados en al menos 16 estados catalogados como de alto riesgo”, advirtió Balmen.
Tras ello, los expertos coincidieron en que México necesita una estrategia basada en regulación clara, trazabilidad efectiva, supervisión aduanal y combate a redes criminales, en lugar de políticas que empujen a consumidores y comercios hacia mercados controlados por los cárteles.
IMCM