Redacción
Ciudad de México.- Más actos de corrupción siguen saliendo a la luz en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), organismo creado en 2019 por la actual administración federal y es que según una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), los funcionarios públicos involucrados en esta trama se habrían hecho de cerca de 180 millones de pesos provenientes de “moches” entre 2019 y 2020.
Todo este manejo se habría fraguado con proveedores de Diconsa, que pagaron 3% de cada contrato a una empresa “fantasma” durante la administración de Ignacio Ovalle Fernández —amigo del presidente Andrés Manuel López Obrador—, en su puesto de director general de Segalmex y a petición de la Dirección de Administración y Finanzas, encabezada en ese entonces por René Gavira Segreste.
De esta forma, MCCI abundó que el presupuesto interanual de las compras de Diconsa ronda los 3 mil millones de pesos.
Recientemente Segalmex ha estado bajo la lupa de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por diversas anomalías e irregularidades en los manejos de las cuentas de diversas inversiones, cuyo escándalo de corrupción ascendería a 9 mil 500 millones de pesos, dio a conocer el pasado agosto Roberto Saucedo Aquino, titular de la Secretaría de la Función Pública.
El funcionario señaló en ese momento que tanto la dependencia que encabeza, así como ASF han realizado actos de fiscalización en la operación de Segalmex entre 2019 y 2021, tiempo en el que han detectado irregularidades por 3 mil 465 millones de pesos, en tanto, la SFP halló un boquete de otros 6 mil millones de pesos.
#EXCLUSIVA: Contratistas de Diconsa depositaron cientos de mdp de “aportaciones” o “moche” en las cuentas de una empresa “fantasma” 👻 creada con la identidad robada a humilde ama de casa. El desvío involucra a Ignacio Ovalle, ex director de Segalmex.
— Mexicanos Contra la Corrupción (@MXvsCORRUPCION) December 13, 2022
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ENTRE COMPRAS FANTASMA
Las investigaciones que se llevan a cabo son porque hay sospechas de compras fantasmas, inventarios de productos que sólo existen en el papel más no en bodegas y tratos con empresas ilícitas que cuentan con presuntos trabajadores no registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Con base en el análisis reciente de MCCI, la empresa que recibía los "moches" fue constituida usando la identidad robada de una mujer que vive en una zona marginada de Guadalajara y que no tiene idea de cómo robaron sus datos.
IMCM
