Del lado B de la ONU: La diplomacia se sube a un camión

La efervescencia de la Asamblea General de la ONU en Nueva York ha transformado las calles del este de Manhattan en un inusual campo de batalla publicitario, donde las protestas y los mensajes políticos se han montado sobre ruedas. Lejos del glamour de Times Square, los camiones con pantallas LED gigantes se han convertido en la nueva tribuna para activistas, grupos de presión y hasta empresarios.
Los viandantes que circulaban cerca de la sede de Naciones Unidas esta semana se encontraron con una cabalgata de mensajes móviles, a menudo más llamativos que los propios debates diplomáticos. Entre los temas más recurrentes destacaron las denuncias contra figuras como el israelí Benjamin Netanyahu y el presidente ecuatoriano Daniel Noboa (con el lema "El Amazonas no está a la venta"), junto a la acusación de "corrupto" al español Pedro Sánchezpor parte de la ultraderecha.
Mensajes "Imposibles de ignorar" a precios competitivos
Empresarios del sector de la publicidad móvil han confirmado que la semana de la ONU es temporada alta. La alta demanda y la competencia han hecho de este formato una alternativa sorprendentemente atractiva frente a los precios astronómicos de las icónicas pantallas fijas de Times Square.
"Las pantallas LED de alta definición son imposibles de ignorar en áreas de alto tráfico," asegura Nazim Huda, portavoz de la empresa Can't Miss Us. Huda estima que una campaña "típica" durante la cumbre, que suele durar entre seis y diez horas diarias, tiene un costo que oscila entre los 1.500 y 3.500 dólares diarios, una fracción del costo que implica anunciarse en la famosa plaza neoyorquina.
La caza de las "Oportunidades de ver"
La efectividad y el alcance son clave. Rod Collins, dueño de Bulldog Billboards, explicó cómo su empresa busca posicionarse lo más cerca posible del epicentro de la ONU para maximizar la visibilidad. Collins mostró un ejemplo de una de sus recientes contrataciones: un camión que desplegaba la bandera palestina e israelí junto al mensaje a favor de la solución de "dos estados", impulsado por los grupos New Jewish Narrative y Peace Now.
Una jornada de ocho horas consecutivas para esa campaña costó 1.275 dólares. Collins subraya el valor añadido de esta publicidad: la capacidad de medir el impacto. Gracias a hardware instalado en el vehículo, su empresa pudo cifrar en unas 135.000 las "oportunidades de ver" generadas por la acción, una métrica basada en el registro de smartphonescercanos.
Para estas empresas, eventos multitudinarios, sean políticos como la ONU o culturales como la SuperBowl, son la gran oportunidad para demostrar que la publicidad sobre ruedas es la forma más directa y asequible de llevar un mensaje, por polémico que sea, al ojo público.

