Pionyang centra todas las miradas ante el gran desfile militar que prepara

Foto: EFE

Seúl.- Analistas de medio mundo siguen desde hoy con atención lo que suceda en las próximas horas en Pionyang, donde está previsto que el régimen norcoreano celebre un multitudinario desfile militar en el que podría exhibir nuevas capacidades armamentísticas en un momento de especial tensión.

Como es habitual, el régimen no ha anunciado ningún tipo de horario concreto, por lo que se prevé que el desfile tenga lugar en cualquier momento entre la medianoche del jueves y la medianoche del viernes, hora local (entre las 15.00 GMT de jueves y viernes).

El desfile es el evento central en los fastos para celebrar el 110 aniversario (el régimen otorga especial importancia a las efemérides acabadas en 0 y 5) del nacimiento de Kim Il-sung (fundador del país y abuelo de su actual dictador, Kim Jong-un), cuyo cumpleaños, denominado el "Día del sol", es la festividad más importante del año.

A la incertidumbre en torno a la procesión militar se suma lo que vienen apuntando distintas imágenes por satélite en las últimas semanas: que Corea del Norte parece estar acondicionando las galerías subterráneas de su complejo de Punggye-ri (noreste) para detonar a modo de prueba un arma nuclear por primera vez en algo más de cuatro años.

Tras el número récord de test de armas que Pionyang ya ha llevado a cabo en lo que va de año, 12, un ensayo atómico promete incrementar la tensión a niveles no vistos en la península desde 2017, cuando Kim Jong-un y el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, intercambiaron insultos y amenazas antes de dar paso a una distensión diplomática que se gripó en 2019 y no ha revivido.

MILES DE TROPAS

Los satélites llevan meses mostrando imágenes de los ensayos de las tropas en la base aérea de Mirim (al sureste de la capital norcoreana), donde hay una réplica de la plaza Kim Il-sung de Pionyang, el epicentro de los desfiles del régimen. Se ha visto practicar a más de 6.000 efectivos a la vez.

En Mirim también se ha apreciado movimiento en los garajes que se han utilizado en otras ocasiones para cobijar las plataformas móviles de lanzamiento (TEL) sobre las que se acomodan misiles.

En ese sentido, hay expectativas sobre la posibilidad de Corea del Norte exhiba algún misil balístico intercontinental (ICBM) nuevo, por ejemplo, uno que funcione con combustible sólido, mucho más eficiente que el combustible líquido.

También sobre cuántos de los ICBM de combustible líquido que las Fuerzas Estratégicas del país asiático ya han testado (como los Hwasong-14, 15 y 17) se exhibirán.

El régimen ha hecho desfilar normalmente cuatro unidades de cada uno de estos proyectiles en anteriores eventos, por lo que mostrar un número mayor podría apuntar a un incremento de su capacidad fabril.

Los analistas estarán atentos, además, a todo tipo de armamento, desde misiles hipersónicos a misiles balísticos lanzados desde submarino (SLBM), drones o lanzacohetes múltiples, ya que, además de la aparición de activos nuevos, las posibles modificaciones en diseños existentes pueden dar una idea sobre el verdadero nivel de desarrollo y capacidades del ejército del país más opaco del mundo.

PLAN ARMAMENTÍSTICO

El foco sobre el desfile es aún más intenso después de que el último congreso del Partido de los Trabajadores, en enero de 2021, aprobara un plan de desarrollo armamentístico quinquenal que el régimen parece estar cumpliendo a rajatabla, viendo el número récord de lanzamientos realizados en 2022.

Entre ellos se cuenta el ensayo exitoso de un ICBM el pasado 24 de marzo, el primer test norcoreano de este tipo desde 2017.

EE. UU. parece haber respondido a esa prueba enviando a aguas cercanas a la península coreana al portaviones USS Abraham Lincoln, algo que no sucedía precisamente desde que Pionyang realizó sus anteriores lanzamientos de ICBM cinco años atrás.

En sus maniobras conjuntas con la marina japonesa, el Abraham Lincoln ha desplegado cazas furtivos F-18 y F-35, toda una muestra de músculo ante el régimen de los Kim, que ha denunciado repetidamente que la presencia de este tipo de activos militares en la región supone una amenaza para su existencia.

A esto se suma el inicio de las maniobras de primavera conjuntas entre EE. UU. y Corea del Sur, que está previsto que comiencen el próximo 18 de abril y duren, como cada año, unos diez días.

En esta ocasión el entrenamiento de puesto de mando combinado (CCPT, por sus siglas en inglés), un ejercicio simulado por ordenador que Corea del Norte suele considerar como un simple ensayo para invadir su territorio, podría ir acompañado del despliegue de activos militares sobre el terreno.

Ante este panorama y con una posible prueba nuclear norcoreana en el horizonte, el desfile que albergará Pionyang en las próximas horas se antoja ya como la antesala de un nuevo escenario de tensión y escalada armamentística no vistas en la península en el último lustro.