Niños “sobredotados”, del bullying al aislamiento

Por: Hugo Hernández

@DDMexico

Antes de nacer, Samuel Elías ya se enfrentaba a una vida de obstáculos. Pero para él no eran impedimentos, sino más bien los transformaba en retos. Desde los dos años, Samuel insistía a sus padres para que lo inscribieran a la escuela, y les pedía una mochila porque él ya quería asistir a clases.

Samuel era aficionado a los juguetes para armar, pero los construía en cuestión de minutos y sus papás observaban con sorpresa y orgullo que su hijo tenía algo especial, aunque no sabían qué. Recién entró al kínder, y el niño volvió a llamar la atención de su madre.

Un día, Samuel caminaba en la calle de la mano de su mamá, Angélica Estrada Bello, cuando le dijo “mamá, yo ya sé qué dice ahí” y la señora lo desafió preguntando “dime lo que dice, era una gasolinería”, recuerda, a lo que el pequeño respondió con seguridad: “dice Pemex, mamá”.

De inmediato, la señora Bello le preguntó a Samuel que cómo sabía, pero el niño en su afán de aprender y descubrir desarrolló su habilidad mediante la lectura de anuncios en la calle y en la televisión, de los cuales preguntaba a para registrarlos en su memoria.

De acuerdo con el Centro de Atención al Talento (CEDAT), el 93% de los niños sobredotados son confundidos y diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Cuando Samuel cursaba el último grado de kínder, le decía con preocupación a su mamá: “mami, otra vez estoy en la lista negra, porque no trabajé”.

De inmediato, la señora acudió a la escuela para reclamar a la maestra. Para su sorpresa, la maestra de Samuel le explicó que efectivamente su hijo estaba en una lista, pues no trabajaba. Cada mañana, Samuel llegaba a su salón de clase y a un lado de su pupitre tenía una zapatera, donde guardaba lo más preciado para él: una serie de libros que no soltaba, por lo que no ponía atención.

En la Ciudad de México son más de 100 mil niños con sobrecapacidad, según cifras de la CEDAT, de los cuales la mayoría son diagnosticados con TDAH o incluso con enfermedades psiquiátricas. Una semana después, el nombre de Samuel seguía en la lista negra. Dejó los libros para ayudar a sus compañeros en sus tareas, pero no hacía su trabajo. Al ingresar a primaria, la señora Angélica Estrada de nuevo era requerida por la maestra de su hijo.

La profesora le había pedido a la señora Bello ir a sacar a Samuel que estaba debajo de la mesa. El niño se aislaba porque todo lo que explicaba la maestra a sus compañeros ya lo había aprendido.

PIDASI ya es oficial

Ante la falta de profesores capacitados para guiar a los niños sobredotados, el director del DIF CDMX, Gamaliel Martínez Pacheco, anunció que el proyecto para la Integración y el Diagnóstico para la Atención a la Sobredotación Intelectual (PIDASI), ya fue oficializado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México.

En entrevista, el funcionario explicó que se prevé apoyar a 300 niñas, niños y adolescentes con sobredotación intelectual de 6 a 15 años de edad, con un coeficiente intelectual igual o mayor a 130.

Los acreedores a este apoyo, abundó Gamaliel Martínez, deberán habitar y estudiar en escuelas primarias y secundarias públicas de la Ciudad de México, así como presentar una vulnerabilidad por ingreso familiar o un ingreso menor a 79 unidades de cuenta, es decir, 5 mil 963 pesos mensuales.

Problemas de conducta y falta de atención, era el diagnóstico con el que calificaban a Samuel toda su vida. Hubo un psicólogo que de plano le dijo a su mamá que era un niño normal y no tenía ningún problema.

La desesperación y el desánimo de la señora Estrada Bello hizo que lo cambiara de escuela nuevamente. Al llegar a otra institución Samuel conoció a un compañero con el que se entendía.

Niños con esas características son mal diagnosticados, reconoció Pacheco, y señaló que son “bulleados”, maltratados y segregados, incluso por sus familias.

El programa de detección de niños sobredotados intelectualmente fue publicado el pasado 7 de octubre y es el primero en su tipo en toda la República Mexicana, destacó el director del DIF CDMX.

“Actualmente no hay escuelas con la capacidad para detectar a este tipo de niños, por esa razón nos hemos vinculado mucho con la Escuela Pedagógica Nacional, el TEC de Monterrey, la UNAM y el IPN para propiciar la vinculación y el desarrollo, tanto acadé- mico como personal”, refirió.

El funcionario local indicó que la delegación Iztapalapa registra el mayor número de niños sobredotados, con 26 por ciento; le siguen Álvaro Obregón, con 10 por ciento; e Iztacalco y Venustiano Carranza, con nueve por ciento. A sus 11 años, Samuel Elías tiene gusto por la historia de México, pero aún no define qué va estudiar, y continúa con la lectura.

El PIDASI incide en el desarrollo de sus capacidades, fortaleciendo sus habilidades socioafectivas; además, los respalda e incentiva para la creación de proyectos con un enfoque social.