Luego de 13 años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) finalizó la misión de los llamados "cascos azules" en Haití y serán remplazados únicamente por la fuerza policial.
La resolución fue aprobada por el Consejo de Seguridad y contó con el respaldo de los 15 países miembros, quienes decidieron poner fin a la misión Minustah el próximo 15 de octubre. El presidente haitiano Jovenel Moise también tiene consentimiento de la decisión.
Una vida llena de abusos
Los llamados Cascos Azules llegaron a la isla caribeña en 2004 como parte de una nueva misión que buscaba contribuir en la estabilización del país luego de la destitucuón del presidente Jean-Bertrand Aristide.
En ese momento la situación era inestable, vivían entre la violencia y los secuestros, en medio de un gobierno deficiente y mal preparado para actuar en momentos de crisis.
Sin embargo, en agosto de 2007, las Naciones Unidas recibió quejas de “interacciones sospechosas” entre soldados ceilaneses y menores de edad. Los investigadores de la ONU entrevistaron entonces a nueve víctimas así como a testigos, pero la red sexual continuó activa.
Según cuentan las víctimas, algunos elementos ofrecían a los niños dulces y otras golosinas, pero el precio era bastante caro. Entre los abusos perpetrados por los cascos blancos están los abusos y violaciones, además de que se les culpa por haber iniciado el brote de cólera que ha dejado a más de nueve mil muertos, luego de que se supiera que habían encontrado sus residuos fecales en el río.
Tras años defendiéndose, la ONU finalmente aceptó su responsabilidad y anunció que tomaría medidas para ayudar a la nación a superar la epidemia de cólera.
De acuerdo a información de la agencia AP, se sabe que al menos 134 cascos azules de Sri Lanka estuvieron involucrados en una red que utilizó sexualmente a nueve menores de 2004 a 2007. Luego de la difusión del documento, 114 cascos azules fueron enviados a su país y ninguno terminó en la cárcel.
Decenas de mujeres haitianas también fueron víctimas de violación por el llamado “sexo de sobrevivencia”, en el que accedían con tal de salvar su vida o ganar unos cuántos centavos.
Con esta decisión, finalmente cabe la esperanza de que la vida de abusos que sufrieron los haitianos por parte de personas que supuestamente buscaban ayudarlos, pueda cambiar, pues la ONU asegura que el objetivo de esta nueva orden es promover el Estado de derecho y vigilar el respeto de los derechos humanos.
