Strike cantado

La novela de la suspensiones a los jugadores Enrique Triverio y Pablo Aguilar, luego de ser reportados por agredir a dos silbantes ha llegado a su fin de una manera más que previsible. El Tribunal de Arbitraje Deportivo, TAS por sus siglas, consideró que el procedimiento para castigarlos un año fue inadecuado y dejó en pie las sanciones originales de 8 partidos fuera para el delantero toluqueño y 10 para el defensor americanista.

Bueno sería recordar que esos castigos impuestos por la Comisión Disciplinaria dieron origen a un paro arbitral que obligó a posponer la jornada 10 de la Liga MX, ya que los silbantes consideraron demasiado benévola la pena y solicitaron se aplicara la máxima sanción que el reglamento prevé para estos casos y que es de un año fuera de las canchas.

La FEMEXFUT se sacó de la manga un “Comité de Apelaciones” que pocos sabían que existía y para contentar a los de negro se amplió la suspensión para ambos jugadores a un año, seguramente a sabiendas que no tenía ningún sostén ni respaldo jurídico, pero que eso dejaría satisfecho al gremio arbitral y los nazarenos regresarían a las canchas.

Como era de esperarse, un strike cantado pues, el TAS falló a favor de los futbolistas, dejando un amargo sabor de boca a los árbitros. Acto seguido la AMA, que es la asociación que agrupa a más de 700 silbantes, emitió un comunicado en que dicen aceptar el fallo del organismo con sede en Suiza, pero desconocen a su presidente, Héctor González Iñárritu, por considerar que antepone los intereses de la Federación a los de sus dirigidos.

En este enrarecido clima se jugará la última fecha del torneo y la subsecuente Liguilla. Este fin de semana quedarán definidos los boletos para buscar el título y los cruciales encuentros para Monarcas y Jaguares, de donde saldrá el nuevo ocupante del averno.

Mientras tanto, los señores jueces fueron citados a una concentración en la sede de Toluca para velar armas y preparar el agitado mes que tienen enfrente.

Son 13 silbantes, la mayoría con gafete de FIFA quienes se encargarán de avalar la legalidad de los encuentros en la Liguilla. Llama la atención que el presidente de la asociación, Roberto García Orozco, no esté presente. La explicación es que viajará al Mundial Sub-20 a jugarse en Corea, pero no cuadra, ya que César Ramos también asistirá y con él sÍ se cuenta hasta para cuartos de final.

En fin, que lo único deseable es que los muchachos se apliquen, tengan un cierre de torneo a todo trapo y que tanto el descenso como el campeonato se diriman en términos absolutamente deportivos.

Ya habrá tiempo de sobra para arreglar la casa y ver qué sucede con la cabeza visible de la comisión de arbitraje. Mientras… ¡a pitar duro que es posada!