Un estudio reciente de la Universidad de Cambridge, encontró mecanismos de enganche, motivación y recompensa en el cerebro de quienes tienen una conducta sexual compulsiva, similares a aquellos que luchan contra algún tipo de drogadicción.
La psicóloga Ellen Hendriksen expone seis síntomas que te ayudarán a responder si eres adicto al sexo o si solamente es un gusto por la actividad sexual.
- El sexo entorpece tu vida normal. Tener muchas parejas sexuales o gastar mucho dinero en la obtención de sexo, no necesariamente significa que eres adicto, pero puedes serlo, si estos factores afectan tu desarrollo personal, es decir, si esto hace que descuides otras facetas de tu vida o incluso, te impiden relacionarte de modo sano con los demás.
- Escapa a tu control. Cualquier tipo de adicción, hace que las personas actúen a partir de impulsos o compulsiones que, casi siempre, deben ser satisfechos de inmediato y sin pensar en las consecuencias. Muchas veces afectando tu salud, tu economía, tu trabajo, relaciones a largo plazo, etc.
- Es compulsivo. En situaciones normales, el sexo debería hacerte sentir bien. si acudes a el para sentirme menos mal, si sientes que no eres capaz de abstenerte de tus prácticas compulsivas, y el hacerlo te pone de mal humor, ansioso, incómodo o definitivamente no puedes pensar en otra cosa, probablemente tengas una adicción.
- Dependes cada vez más de él. Al igual que otras drogas, uno desarrolla tolerancia al estímulo, de modo que con el paso del tiempo son más necesarios los estímulos para alcanzar el mismo confort emocional. Sí sientes que dependes del sexo, seguramente eres un adicto.
- Asocias el sexo con emociones negativas. Si cuando te sientes, solo, triste y deprimido, con culpa, o poco valioso, acudes al sexo para sentirte mejor, en realidad estás sexualizando estas emociones. Algunos expertos afirman que muchas veces los adictos no necesitan la actividad sexual, sino más bien, un poco de conexión con otra persona.
- Tus relaciones son vacías o disfuncionales. En la mayor parte de los casos, los adictos al sexo, necesitan a otra persona para hallar la satisfacción que buscan. Y, típicamente, esto resulta en relaciones vacías en las que la otra persona es sólo un medio que se usa para dar cauce a la adicción; o bien, si se establece una relación más o menos duradera, ésta se verá afectada por la compulsión del adicto y por su preferencia por actividades -o personas- fuera de la relación, tales como la infidelidad o la adicción ala pornografía.
Cualquiera de estos puntos pueden llegar a ser síntomas de una adicción, sin embargo, recordemos que cualquier adicción casi nunca es un problema que surge por sí mismo, sino más bien, una manifestación de otros problemas subyacentes, más profundos, tales como depresión, ansiedad, o bajo autoestima, y es recomendable acudir al médico ante cualquier síntoma.
