La Bóveda del 'Fin del Mundo': el banco mundial de semillas en Svalbard

El momento de lo creepy

En la isla de Spitsbergen, ubicada a medio camino entre Noruega y el Polo Norte, se encuentra una instalación única: el Banco Mundial de Semillas de Svalbard, conocido popularmente como ‘La Bóveda del Fin del Mundo’. Este almacén subterráneo, situado en las profundidades de una montaña, es el mayor depósito de semillas del planeta, con el objetivo de preservar la biodiversidad agrícola en caso de catástrofes globales.

Una Fortaleza Subterránea para la Biodiversidad

Inaugurada en 2008 por el Gobierno de Noruega, la Bóveda del Fin del Mundo está diseñada para resistir miles de años y soportar desastres naturales y provocados por el hombre. Administrada por el Ministerio de Agricultura y Alimentación de Noruega, el Centro Nórdico de Recursos Genéticos (NordGen) y la organización internacional Crop Trust, la instalación alberga más de un millón de muestras de semillas de casi todos los países del mundo, abarcando un área de más de mil metros cuadrados bajo tierra.

Un Refugio Seguro en Spitsbergen

La elección de Spitsbergen para la ubicación de la bóveda se basó en su seguridad geológica. El almacén se encuentra a 130 metros sobre el nivel del mar, garantizando su integridad incluso si los polos se derritieran. Construido en una montaña de roca sólida, el túnel que conduce a las cámaras está hecho de hormigón impermeable. Además, el permafrost circundante actúa como refrigerante natural, reduciendo la necesidad de energía para el enfriamiento y protegiendo las semillas en caso de fallos eléctricos.

Un Repositorio Global de Semillas

Desde su inauguración, la Bóveda del Fin del Mundo ha recibido depósitos de semillas de todo el mundo. En febrero de 2008, Wangari Maathai, activista medioambiental y ganadora del Nobel, entregó una caja de semillas de arroz. Desde entonces, países como Estados Unidos, Corea del Norte, Rusia y Ucrania han depositado sus semillas en este refugio global. A pesar de las tensiones políticas, la cooperación en este proyecto ha sido notable, con más de 6,000 especies y 1,100 géneros almacenados hasta la fecha.

España y la Bóveda del Fin del Mundo

España ha jugado un papel activo en la preservación de la biodiversidad agrícola. En 2022, el Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA-CSIC, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación de España, donó más de mil semillas a la bóveda. Además, el gobierno español ha contribuido con 2,32 millones de euros al Fondo de Dotación Fiduciaria de Cultivos.

Un Proyecto en Expansión

La Bóveda del Fin del Mundo sigue ampliando su colección de semillas. En 2022, la institución recibió 20,443 muestras provenientes de 10 bancos de germoplasma de países como Australia, Alemania, Marruecos, Nueva Zelanda y Sudán. El mayor aporte hasta la fecha se produjo en febrero de 2020, con la participación de 35 bancos de germoplasma de todos los continentes.

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