Por Gerson Gómez
Azota la ventisca de violencia. En las calles rige la ley de la selva. Sobreviven quienes se ajustan al canon.
A los 21 años en las mujeres, las múltiples cirugías. Ya se realzaron sus atributos. Delinearon la nariz perfecta y la cintura de avispa.
Para ellas, el mercado de ilusiones aparece como influencer. Graban videos de corte erótico en la barrera de la mayoría de edad.
Las vemos aparecer en la barra nocturna de entretenimiento. Poca ropa, posiciones sugerentes y defenestradas en cuanto a conocimientos generales.
Para ellas y para ellos, la trocka, la visita al antro de moda, los excesos de la vida nocturna, es la agenda cotidiana.
Queman las hojas del calendario. En la promiscuidad de las muchas parejas sexuales y en la encerrona de hoteles de paso, casas rentadas exprofeso para las orgías y en secuencias de fotos para onlyfans.
Les da lo mismo si terminaron la prepa o cursar la universidad. Un buen marido compra la voluntad de una princesa de antología.
Para eso se pulieron en los nosocomios. Entre más corriente, mas ambiente, dicen cuando consumen el cigarro de cannabis.
Ellos y ellas son protagonistas de hoy y de mañana. De nuestra edad oscura. De las "bichotas" y de los "malandros".
