Pantitlán, Observatorio o Indios Verdes

Foto: Cuartoscuro

Por Gerson Gómez

La escena es dantesca. El sistema de transporte público está rebasado. Los usuarios deben una y otra vez esperar turno. Los rostros cansados de la jornada extenuante. A todas horas el caos.

Monterrey es ya, el caldo de cultivo de una protesta silenciosa.

Hernán Villarreal, antiguo activista, responsable del área de Movilidad en el gobierno estatal de Samuel García, ha perdido cada una de sus atribuciones.

Los prestadores de servicios aumentaron los precios. Algunos, los menos, lo subieron por encima de lo acordado. Añadido es, la Ecovía. Los problemas desde la requisa en el sexenio de Jaime Rodríguez Calderón.

La poca transparencia del proyecto. Donde el único beneficiario ha sido CEMEX. Al permitirle el uso de carriles exclusivos de vialidad y rutas extendidas por varios municipios. Llevando de encuentro a los antiguos permisionarios.

Lo más grave, la contratación del brooker.

Natividad González Parás y los hermanos Loyola, Julio César y Rosy, obtuvieron la patente de corzo del gobierno del Nuevo Nuevo León, al ofrecer camiones fabricados en China.

De los pocos en funcionamiento, sin rebasar la treintena, resultan complicados en su mantenimiento y utilización en las vialidades destrozadas de la metrópoli.

Por eso, a toda hora, los usuarios se acumulan como en la cdmx.

Natividad y los hermanos Loyola, además de Hernán Villarreal junto con Samuel García, deben explicar porque no han llegado los 800 camiones comprados a Ankai.

E intentar subir en Cuauhtémoc, en Sendero o en Felix U. Gómez. Transbordando hacia sus hogares.