Alejandra Ambrosi: La amarás u odiarás en 'Luis Miguel: la serie'

Foto: Book Agency

Por Carlos Meraz

El ilustre escritor británico Charles Dickens sentenció: “Si no hubiese gente mala no habría buenos abogados” y si el jurista es mujer, bella, persuasiva, ambiciosa, soberbia y además si a eso se le agrega que tiene prestigio y éxito profesional, en el ocaso del siglo XX y en el incipiente nuevo milenio, resulta una persona pragmática y sin medias tintas, a la que, sin duda alguna, se ama o se odia.

Ese sería apenas un boceto del perfil sicólogico de Karla Villegas, caracterizada por la actriz mexicana Alejandra Ambrosi, un personaje ficticio que se incorpora a la trama de la tercera y última temporada de la exitosa Luis Miguel: la serie, que inicia el próximo 28 de octubre a través de Netflix, servicio de streaming presente en 190 países.

“En un tuit puse que el público la amará o la odiará. Es la típica niña bien, colmada de poder y soberbia, ya que además de guapa es triunfadora y con un gran trabajo por el que haría cualquier cosa por mantenerlo y por crecer en ese ámbito. En la vida va a más de 100 kilómetros por hora, sin saber que en cualquier momento se puede estrellar contra una pared.

“Es un personaje ficticio, que es la encarnación de varios abogados en la vida de Luis Miguel, en medio de sus problemas financieros y legales”, explicó Ambrosi.

NO CULPES A LA NOCHE…

Al igual que en las entregas anteriores, los nuevos capítulos abarcan dos líneas del tiempo: la primera tiene lugar a finales de 1995, cuando Luis Miguel grabó un dueto  con Frank Sinatra y conoció a Mariah Carey; la segunda aborda sus problemas financieros y legales, además de la mala racha artística tras despedir a su representante Alejandro Asensi, quien mantuvo una relación con su hija Michelle Salas. 

Ambrosi —quien también está próxima a estrenar otra serie en Netflix, la película A donde los pájaros van a morir y el serial Los enviados con Luis Gerardo Méndez— describió a Karla Villegas como “un tiburón ciego de los negocios”.

“Digo que es ciega por ser inconsciente sobre las consecuencias de sus actos, pero a la vez es dulce y simpática, sin dejar de ser ambiciosa y sin escrúpulos con tal de conseguir sus metas”, agregó.

Como bien dijera el mefistofélico personaje de John Milton, interpretado por Al Pacino en la película El abogado del diablo (The devil’s advocate, de 1997): “La vanidad es mi pecado favorito”.