Ali Salah Rasé: Neo-pop moreno

Foto: Instagram

Por Carlos Meraz

El escritor vasco Miguel de Unamuno sentenció “el fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando”. Tal máxima del filósofo perteneciente a la generación del 98 posiblemente no se cumpla cabalmente en la práctica sin previamente otorgar derechos y oportunidades sin distinción para cualquier estrato social o etnia, como lo considera el cantante mexicano Ali Salah Rasé, precursor de lo que él llama “neo-pop moreno”, patente en su nuevo álbum conceptual Wabi sabi mon amour.

El artista capitalino de 27 años —que realmente se llama Fernando Ramírez Serrano y adoptó el nombre artístico del islam, tras leer la novela Sumisión, del francés Michel Houellebecq— presenta una ambiciosa obra musical con 13 canciones, dividida en tres actos: Nos conocimos, Nos enamoramos y Nos destruimos, que se estrena el próximo 14 de mayo.

“Soy demasiado fresa para los prietos y demasiado prieto para los fresas. Soy una suerte de infiltrado en ambos mundos, pues mi origen es de un lugar (Villa de Cortés) y mi formación académica es de otro diametralmente opuesto (Universidad Iberoamericana).

“Con mi música pretendo ampliar las posibilidades de representación a la gente morena, con letras nada frívolas y de empoderamiento. Busco crear universos musicales y no sólo ser un rapero famoso, un fenómeno viral de TikTok ni mucho menos ser una moda condenada a pasar de moda”, afirmó.

AQUÍ SE ROMPIÓ UNA TAZA...

El título de su cuarto y más reciente disco Wabi sabi mon amour se remite a la estética japonesa wabi-sabi, basada en la filosofía de la belleza de la imperfección, donde las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto; mientras que mon amour es una alusión a la película francojaponesa de 1959, Hiroshima mon amour, sobre el amor después de la destrucción.

Incluso en el videoclip del primer sencillo El día de mi muerte, Ali Salah Rasé presenta al amor como una taza rota, esos recipientes de porcelana restaurados con la técnica nipona kintsugi, consistente en arreglar fracturas de la cerámica con un barniz de resina mezclado con polvo de oro para embellecer al otrora objeto dañado, pero sin borrar sus accidentes ni el paso del tiempo.

“El video se rodó deliberadamente en la zona financiera de Palmas, en Lomas de Chapultepec, para resaltar los contrastes socioeconómicos en México.

“Mi propósito en la música es ofrecer un cambio de mentalidad y conseguir ser un referente en una nueva forma de representación social, donde los morenos tengamos acceso a todos los sectores del país y no estar condenados o estigmatizados a uno solo por el color de piel”, advirtió el cantante, quien ahora promociona el tema Cupido.

Bajo el nombre de Fernando Rasé también se dedica al guionismo y tras lanzar en YouTube su miniserie Kamikazes trabajó para Amazon Prime, en la serie Cómo sobrevivir soltero, y actualmente cuenta con dos proyectos para las plataformas HBO Max y Netflix.