Despierta a las 3:52 AM, se unta plátano en la cara y... ¿el secreto de su éxito?

Ashton Hall, un influencer de fitness y empresario con millones de seguidores en TikTok e Instagram, ha generado una ola de reacciones en redes sociales tras la difusión de un video que detalla su meticulosa rutina matutina. El video, que muestra a Hall despertando a las 3:52 a. m. para realizar una serie de actividades que incluyen desde baños de hielo hasta la aplicación de cáscara de plátano en el rostro, ha acumulado millones de visualizaciones y ha provocado un intenso debate entre los usuarios.
La rutina de Hall, que ha sido descrita como "casi militar" por algunos, incluye prácticas como el "mouth taping" para fomentar la respiración nasal durante el sueño, gárgaras con agua de manantial, sesiones de flexiones, lectura, escritura en un diario, meditación, entrenamientos intensos, baños faciales con hielo y tratamientos de belleza poco convencionales.
Si bien algunos usuarios han elogiado la disciplina y dedicación de Hall, otros han criticado su rutina, calificándola de "irreal", "excesiva" e incluso "cómica". Las reacciones en redes sociales han oscilado entre el sarcasmo y la admiración, con comentarios que cuestionan la utilidad de algunas de sus prácticas y otros que defienden su estilo de vida.
The morning routine pic.twitter.com/HLhpwpKib8
— Tips For Men - Fashion | Essentials | Luxury (@tipsformenx) March 20, 2025
El fenómeno de las "rutinas matutinas" se ha popularizado en redes sociales en los últimos años, con influencers que comparten sus hábitos de autocuidado y productividad. Sin embargo, la rutina de Hall ha llevado esta tendencia a un nuevo nivel, generando un debate sobre los límites entre la disciplina y la obsesión.
Expertos en salud y bienestar han señalado que algunas de las prácticas de Hall, como el ejercicio y la meditación, pueden tener beneficios para la salud física y mental. Sin embargo, advierten sobre el peligro de convertir estas prácticas en una carga psicológica, especialmente si se realizan de manera compulsiva.
El caso de Ashton Hall ha puesto de manifiesto la creciente influencia de los influencers en la cultura contemporánea y la fascinación del público por los estilos de vida extremos. A medida que las redes sociales continúan difuminando los límites entre la realidad y la ficción, la línea entre la inspiración y la obsesión se vuelve cada vez más difusa.

