Lucrecia Martel pide a jóvenes cineastas cambiar la historia de países en FICM

En un llamado a la acción social y artística, la directora argentina Lucrecia Martel animó hoy a las nuevas generaciones de cineastas a “cambiar la historia de nuestros países”, durante el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), el más importante de México. Esto, ante la cercanía del “despojo de las tierras indígenas” con los “jóvenes sin vivienda” y el “fracaso de Occidente” que “toca la puerta”.
Después de recibir la Medalla de plata de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de estrenar su primer largometraje documental, Nuestra tierra, Martel se mostró confiada en el cine de los más jóvenes y escéptica ante cualquier posibilidad de producir películas que “simpaticen con el Gobierno”.
El cine como herramienta de transformación social
“El cine puede transformar la historia de nuestros países y creo que tengo más fe ahora que cuando empecé a hacer cine. Y es un trabajo de a poquito: nadie va a dar la vuelta a la historia de un manotazo”, expresó la creadora de La Ciénaga (2001), durante una conferencia con jóvenes cineastas en la ciudad de Morelia, en el occidente del país.
Martel dijo que la respuesta está en “alterar la percepción para que ciertas cosas del mundo las podamos ver” a través de las herramientas que ofrece la gran pantalla. Agregó que debería ser un “escándalo” que una persona tenga que “comer de la basura” o que “gaste más del 60 por ciento de su salario en vivir en un lugar miserable”.
“Naturalizamos todo esto, y ¿en qué momento pasó?”, cuestionó la directora. Afirmó que el cine tiene la responsabilidad de “escandalizar”.
La directora, de 58 años, puso como un ejemplo que evidencia esta realidad de Occidente el hecho de que “cada vez que hablamos de las comunidades (indígenas), parece una gente que no conocemos”.
“No nos importa nada cuando estas personas son desalojadas de la tierra”, sentenció la cineasta con preocupación.
Documental sobre despojo de tierras indígenas
Martel abordó este tema con su documental, Nuestra tierra. La obra retrata los crímenes cometidos a la comunidad Chuschagasta por la defensa de su territorio y con énfasis en el asesinato del líder indígena Javier Chocobar, ocurrido el 12 de octubre de 2009.
La originaria de Salta, en el norte de Argentina, estrenó el documental en el Festival Internacional de Cine de Venecia. En el material también cuestiona el papel de la justicia al incluir el juicio que condenó a los implicados en el caso Chocobar, pero quienes terminaron liberados sin cumplir la pena.
La guionista relató que era la primera vez que presenciaba un juicio. Calificó el acto como “una obra de teatro en donde el chance de que suceda la justicia” depende de muchas cosas.
“Esa frase de que todos somos iguales ante la ley, que justamente la dicen siempre los diputados. La comunidad que fue víctima de esa violencia, por su puesto, nunca pudo decirla, porque conoce en carne propia que nadie es igual ante la Ley”, concluyó Martel.
El paso de la directora de Zama (2017), protagonizada por el actor mexicano Daniel Giménez Cacho, quedará marcado en la historia del FICM, ya que su nombre permanecerá inscrito en una de las butacas de la sala 4 de un cine de Morelia, capital del estado de Michoacán.

