Washington.- El director interino de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), Ken Cuccinelli anunció que el gobierno ampliará los factores por los cuales la solicitud para la residencia permanente podría ser denegada, con el objetivo de limitar la inmigración legal al país.
La nueva medida, implementada a partir del mes de octubre, permitirá al gobierno del presidente Donald Trump dificultar la obtención de permisos de residencia, también conocida como Green Card.
Pues se podrá rechazar a solicitantes de visas temporales o permanentes por no cumplir con estándares de ingresos o por recibir asistencia social, cupones de alimentos, vivienda pública o Medicaid.
Hasta ahora, los solicitantes sólo tenían que demostrar que no representaban lo que se denomina una carga pública, pero la nueva ley federal ampliará este concepto.
"Nuestra normativa evita que los extranjeros que puedan convertirse en una carga pública vengan a Estados Unidos o que se queden aquí y obtengan una Green Card”, subrayó Cuccinelli en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Los servicios de Inmigración tomarán en cuenta el grado de dependencia de la ayuda que se ha proporcionado al inmigrante; así como su nivel de educación, los ingresos familiares y su estado de salud para conceder la residencia.
Sin embargo, esta medida no afectará a los refugiados, asilados y víctimas de violencia doméstica y tráfico de personas que residen en Estados Unidos, afirmó Cucinnelli.
Al respecto, Grupos de derechos humanos han criticado el plan como un esfuerzo por reducir la inmigración legal sin pasar por el Congreso para cambiar la ley.
Aseguran que, con las nuevas reglas, más de la mitad de las solicitudes de “Green Card” serían denegadas, según el Instituto de Política de Migración. Además de que se discriminaría a los inmigrantes de los países más pobres, mantendría a las familias separadas y alentaría a los residentes legales a renunciar a ayuda pública que probablemente necesiten para subsistir.
DCVC
