Restos hallados en la colonia Guerrero apuntan al histórico panteón de Santa Paula

La tarde de este jueves 11 de julio fueron hallados restos óseos durante trabajos de construcción en un predio ubicado sobre Paseo de la Reforma número 159, en la colonia Guerrero, alcaldía Cuauhtémoc.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y de la Policía de Investigación (PDI) resguardaron el sitio tras recibir una alerta que fue originalmente emitida por una madre buscadora, quien habría recibido fotografías de manera anónima del hallazgo

El predio forma parte de una obra que pretendía levantar un edificio de 12 niveles con capacidad para 207 viviendas. No obstante, de acuerdo con declaraciones de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, el proyecto no contaba con los permisos necesarios para operar.

Al sitio también acudió personal del Instituto de Verificación Administrativa (INVEA), que ya había recibido denuncias por presuntas irregularidades en la construcción. Las obras fueron suspendidas en tanto se esclarece el origen de los restos.

Restos tendrían un pasado remoto

De manera preliminar, las autoridades informaron que los restos corresponden a cráneos de dimensiones reducidas, lo que generó sospechas. Rojo de la Vega mencionó que el terreno pudo haber formado parte del histórico panteón de Santa Paula, un cementerio cuya historia remonta al siglo XVIII.

A solo unos metros del lugar, se encuentra la Plaza Santa Paula, un pequeño jardín que recuerda la existencia del camposanto que albergó a miles de personas.

El panteón olvidado bajo Reforma

La historia del panteón de Santa Paula inicia en 1784, cuando el entonces arzobispo de México, Alonso Núñez de Haro y Peralta, solicitó a la Corona Española autorización para fundar cementerios fuera del centro de la ciudad, ante los estragos de la epidemia de viruela de 1779.

La práctica común de enterrar a los muertos en templos y atrios estaba siendo rebasada por las enfermedades. Fue entonces que Núñez de Haro compró terrenos a las monjas del Convento de San Jerónimo para establecer el primer panteón extramuros de la ciudad, originalmente nombrado panteón de San Andrés.

Este fue bendecido en 1786 y recibió a personas de todos los estratos sociales, aunque especialmente a los más pobres. A mediados del siglo XIX, el cementerio fue renombrado como Panteón de Santa Paula, y su administración pasó a manos del Hospital de San Andrés.

Durante años, Santa Paula fue el lugar de descanso de personajes notables como Leona Vicario; Josefa Sánchez Barriga Blanco, esposa de Juan O’Donojú; Melchor Múzquiz, expresidente de México; el poeta José María Heredia, entre otros.

Uno de los eventos más insólitos que marcaron su historia ocurrió en 1842, cuando el entonces presidente Antonio López de Santa Anna mandó a sepultar allí su pierna amputada durante la Guerra de los Pasteles.

Fotografías del hallazgo hecho sobre Reforma 159

Entre ruinas, saqueos y enfermedades

A pesar de su importancia histórica, el panteón de Santa Paula fue víctima del crecimiento urbano, la desatención y el paso de las epidemias. Un terremoto en 1858 dañó severamente sus instalaciones, y las costumbres funerarias de la época agravaron la situación.

Según historiadores, era común que las sepulturas se hicieran a ras de suelo, sin seguridad ni supervisión. Animales accedían a los restos, las tumbas eran saqueadas y los muros del panteón estaban en ruinas.

Estas condiciones, sumadas a la prevalencia de enfermedades como cólera, viruela, fiebre amarilla y lepra, incrementaron la presión sobre las autoridades para clausurar el camposanto.

Con las Leyes de Reforma y el proceso de secularización en marcha, surgió el interés por crear cementerios civiles, vigilados y con mejor planeación. Así, en 1875 fue inaugurado el Panteón Civil de Dolores, considerado el primer panteón moderno de la capital.

Un legado que nunca fue exhumado por completo

De acuerdo con investigaciones históricas, cuando Santa Paula fue clausurado, no todos los restos fueron exhumados ni trasladados. Se estima que al menos 2 mil osamentas quedaron en el subsuelo del predio.

Con el paso de los años, esa área fue dividida en manzanas y posteriormente atravesada por la prolongación de Paseo de la Reforma hacia el norte, en la década de los cincuenta. En las décadas siguientes, las construcciones y obras urbanas fueron cubriendo poco a poco lo que alguna vez fue un camposanto.

La Plaza Santa Paula, ubicada a escasos metros del actual hallazgo, es uno de los pocos vestigios públicos que recuerdan la existencia del cementerio.

Antiguos restos humanos, presumiblemente del antiguo camposanto

Investigación continúa; se presume origen histórico

Aunque los peritajes forenses determinarán con precisión la antigüedad y procedencia de los restos hallados esta semana, las primeras versiones de autoridades locales apuntan a un origen histórico.

Placa conmemorativa del antiguo Panteón de Santa Paula

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