84 aniversario de la Expropiación Petrolera. ¿Cuál es su historia?

Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México.- El 18 de marzo, pero de 1938, el entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas del Río expropió la industria petrolera en el país. Ello representó que el estado mexicano pasó a tener el control de los pozos petroleros en cuanto a la perforación, extracción y producción del hidrocarburo. Desde entonces quedó constituida la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex).

¿Cómo ha sido la industria petrolera en México?

Desde la segunda mitad del siglo XIX, durante la presidencia de Porfirio Díaz (1876-1911), explotó la industria petrolera a nivel mundial y México tuvo una posición estratégica importante en su producción para la exportación global.

Sin embargo, en ese entonces, los empresarios mexicano no tenían el suficiente respaldo fiduciario y monetario para potenciar la producción petrolera. El gobierno de Porfirio Díaz benefició a los inversores estadounidenses para incidir en esta industria y en efecto, los capitales de Estados Unidos tuvieron el control del petróleo en México. La mayor empresa petrolera en aquel entonces fue la Waters Pierce Oil.

Las áreas de mayor actividad petrolera en ese entonces fue la llamada Faja de Oro, localizada en la costa del Golfo de México, sobre todo en Tampico. Cuando los capitales estadounidenses comenzaron a tener acciones mayoritarias en esta industria, ciertos empresarios mexicanos no lo veían con buenos ojos. El mismo Porfirio Díaz comenzó a otorgar concesiones a empresarios ingleses, específicamente a Weetman Pearson, quien controló la compañía El Águila.

El petróleo en la revolución Mexicana

Durante el estallido de la revolución mexicana en 1910, la industria petrolera en México tuvo un auge considerable, puesto que los ingresos que generaba fueron importantes para sostener la economía de los gobiernos en turno y de las economías regionales.

A su vez, con la coyuntura de la Primera Guerra Mundial, el petróleo mexicano tomó la delantera en cuanto a la producción mundial, porque abasteció a la industria bélica de Inglaterra y Estados Unidos.

Grosso modo, los gobiernos de Francisco I. Madero (1911-1913), Victoriano Huerta (1913-1914) y Venustiano Carranza (1915-1919), la industria petrolera fue útil a los regímenes revolucionarios. Sin embargo, la guerra también se sostuvo con el contrabando de armas por la frontera y el cobro de impuestos de guerra.

Con el triunfo de Venustiano Carranza sobre Huerta en 1914-1915 y la División del Norte en 1916, su gobierno comenzó a redactar una nueva Constitución. Durante los trabajos legislativos, añadieron el artículo 27, el cual estipuló que los bienes del subsuelo pasarían a ser parte de la nación como interés público.

Con la entrada en vigor de la constitución, el artículo 27 nacionalizó el petróleo, pero las rencillas diplomáticas con Estados Unidos e Inglaterra no se hicieron esperar. En términos jurídicos, el artículo 27 no surtió efecto, debido al asesinato de Carranza en 1920.

Después llegó a la presidencia de México Álvaro Obregón, quien requería el reconocimiento político de Estados Unidos, y la cuestión del petróleo resultó fundamental. Durante el verano de 1923 se llevaron a cabo los Acuerdos de Bucareli entre México y Estados Unidos. En ellos, se indicó que el artículo 27 no sería retroactivo para las empresas extranjeras petroleras que se hayan consolidado antes de 1910. 

Entonces, los capitales e inversiones extranjeras en materia petrolera siguieron en México, durante la década de 1920, el país tuvo serios conflictos e inestabilidad política, aunque no estalló otro conflicto civil. Después de la presidencia de Álvaro Obregón, llegó Plutarco Elías Calles (1924-1928), después el primero se reeligió pero no llegó a la silla presidencial, porque fue asesinado y llegó otra crisis política.

El nacionalismo mexicano y el petróleo

México fue gobernado entre 1928 y 1934 por presidentes afines a Calles hasta la llegada de Lázaro Cárdenas. La presidencia del último tuvo tintes nacionalistas, en cuanto a políticas sociales. Asimismo, se agruparon los movimientos obreros y campesinos en la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Nacional de Campesinos), entre otras.

Las relaciones con Estados Unidos tuvieron una mejoría considerable y en la coyuntura de la poscrisis económica de 1929 y la inminente irrupción de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno mexicano expropió la industria petrolera.

Sin embargo, el sueño nacionalista duró pocos años, puesto que los inversionistas estadounidenses regresaron con sus capitales a México durante la década de 1940. Si bien no eran dueños de la industria, tenían prestanombres mexicanos.

Los cambios estructurales

Entre 1940 y 1970, la industria petrolera comenzó a caer drásticamente, pero durante el sexenio de José López Portillo (1976-1982), localizaron pozos petroleros en el sur y sureste del país. El presidente tomó esta situación como bastión de campaña y política nacional para recuperar las inversiones y salir de la crisis económica.

Durante la década de 1980, la industria petrolera mexicana no tuvo la incidencia esperada por el gobierno y así se mantuvo durante los siguientes años. Con la llegada de los presidentes Miguel de la Madrid (1982-1988), Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y Ernesto Zedillo (1994-2000), la economía política en México se dirigió hacia las inversiones extranjeras y ello repercutió en Pemex.

Si bien la petrolera siguió siendo nacional, las inversiones extranjeras tuvieron impactos considerables. Durante los sexenios siguientes del siglo XXI, la situación permaneció en este tenor, hasta las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto (2012-2018). Se pretendía privatizar de nuevo a Pemex.

Pero se dio un giro drástico con la entrada de López Obrador a la presidencia, las reformas estructurales se revirtieron y se favoreció un nacionalismo mexicano similar a la década de 1970. Ahora, el presidente, como López-Portillo en su momento, tiene como bastión para potenciar la posición económica de México, la industria petrolera.