Analistas financieros prevén más inflación e informalidad con reducción laboral
Redacción
Ciudad de México.- México se encamina hacia una reforma laboral histórica que busca reducir la jornada de trabajo de 48 a 40 horas semanales, un cambio que genera un amplio debate sobre sus impactos económicos y el bienestar de los empleados. La iniciativa propone establecer dos días de descanso obligatorio por cada cinco de desempeño, preferentemente sábado y domingo, manteniendo la remuneración actual.
Analistas de Banamex advierten que esta implementación, tal como se discute en el Congreso de la Unión, podría generar efectos adversos en la economía nacional, particularmente en el Producto Interno Bruto (PIB), la inflación y un repunte de la informalidad.
Según un análisis de esta institución, las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) serían las más afectadas debido al incremento de 20% en el costo por hora trabajada, ya que los salarios se mantendrían sin cambios.
De esta manera proyectan una posible caída del PIB entre 0.3 y 1 punto porcentual, un aumento de la inflación entre 0.1 y 0.4 puntos porcentuales, y la pérdida de empleos formales con un eventual traspaso a la informalidad. Además, la reforma reduciría el límite de horas extras de 12 a solo 5 por semana, con pago a partir de la hora 41.
ANADE MINIMIZA ADVERTENCIA
No obstante, Jorge Sales Boyoli, experto en derecho laboral de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (Anade), considera que el impacto será más acotado, puesto que argumenta que la preocupación por un salto a la informalidad es desproporcionada, dado que más de 53% de los pequeños y medianos empleadores actualmente operan en este mercado.
Sales Boyoli subraya que muchas empresas en México trabajan bajo la “semana inglesa” de 40 horas, lo que limitará el impacto para ellas. Desde su perspectiva, esta iniciativa alinea a México con estándares internacionales, como los de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y representa una modernización necesaria.
“El costo de las horas extras en México, que son de los más altos a nivel mundial, es un punto crítico, y la reforma podría ser una oportunidad para negociar un sistema más equilibrado”, anota.
MEJORARÁ SALUD Y BIENESTAR DE LA GENTE, PROYECTA LA OCDE
Por su parte, la OCDE expresa su respaldo a la reducción, destacando sus beneficios en salud, bienestar y productividad, además sostiene que México posee el mayor desequilibrio entre vida personal y laboral entre sus países miembros.
Con base en este organismo, la tendencia internacional es clara, con ejemplos como Chile, España y Francia avanzando a la reducción de jornadas laborales, aunque resaltó el caso de Grecia, nación que regresó a las 48 horas, por lo que alertó sobre la necesidad de una estrategia sólida.
PROCESO DE IMPLEMENTACIÓN
La iniciativa para modificar la Fracción IV del Apartado A del Artículo 123 de la Constitución Política, que actualmente establece un día de descanso por cada seis de trabajo, busca cambiar esta redacción a: “Por cada cinco días de trabajo disfrutará el trabajador de dos días de descanso, por lo menos, con goce de salario íntegro”.
El camino hacia la jornada de 40 horas ha tenido varias etapas y fechas importantes:
• Abril de 2024: El dictamen fue aprobado en la Comisión de Puntos Constitucionales.
• Mayo de 2025: El gobierno federal respaldó su implementación gradual.
• Verano de 2025: La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) organizó seis foros regionales entre el 19 de junio y el 7 de julio para discutir y recoger propuestas de trabajadores, empleadores, sindicatos y especialistas.
• Agosto de 2025: Se prevé que la STPS elabore un proyecto de reforma con base en el diálogo social.
• 1 de septiembre: Se espera que la iniciativa sea presentada formalmente ante ambas Cámaras del Congreso de la Unión durante el primer día de sesiones ordinarias.
PLAN DE TRANSICIÓN ESCALADO
Marath Baruch Bolaños López, titular de la STPS, ha comentado un plan de transición escalonado diseñado para garantizar la adaptación de los distintos sectores productivos. El calendario plantea períodos de adaptación según el tamaño de la empresa:
• Grandes empresas: Plazo máximo de seis meses.
• Empresas medianas: Hasta un año y medio.
• Pequeñas empresas: Dos años.
• Microempresas: Tres años y medio.
Con este esquema, el gobierno busca evitar un impacto abrupto en la operación de las Mipymes, que son las más sensibles a cambios normativos. Para apoyar esta transición, la STPS y la Secretaría de Economía iniciarán programas piloto de un año de duración que medirán el efecto de la reducción horaria sobre la productividad y la rentabilidad, permitiendo ajustes antes de la obligatoriedad generalizada prevista hasta 2030.
UN ESQUEMA DE SUBSIDIOS
Adicionalmente, la autoridad federal prevé subsidios fiscales para las Mipymes, coordinados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), con el fin de compensar posibles incrementos en los costos laborales. Aunque estos apoyos carecen aún de un diseño claro, se han planteado incentivos fiscales, créditos blandos y programas de digitalización.
Bolaños López enfatiza que reducir la jornada laboral es un reconocimiento de que el bienestar no sólo depende del ingreso, sino también del tiempo disponible para la vida, la familia, el descanso, la salud, el ocio y la participación comunitaria.
Y califica esta reforma como una “deuda histórica” y un “acto de justicia histórica” para millones de trabajadores mexicanos.
IMCM