Presenta Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena al Senado su renuncia a la SCJN

Ciudad de México.- El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena presentó la renuncia a su cargo al Senado de la República al no considerarse “un candidato adecuado para un cargo que dependa del apoyo popular”.
A través de una carta dirigida a la Mesa Directiva de la Cámara Alta, el togado informó su decisión y a la vez sentenció que su dimisión “no implica una aceptación tácita de la constitucionalidad de la reforma judicial”.
“Hoy me enfrento a una reforma constitucional que acorta el mandato para el cual fui investido. Se me presentan dos opciones: someterme a un proceso de elección popular o presentar mi renuncia. No me considero un candidato adecuado para un cargo que dependa del apoyo popular. Si bien mi trayectoria y capacidades me califican para la judicatura, es en esa labor -para la que me siento más apto- donde la función no consiste en validar la voluntad de las mayorías, sino en resguardar los derechos de quienes más lo necesitan”, advirtió.
Gutiérrez Ortiz Mena agregó que presentó su renuncia en el plazo establecido en el artículo séptimo transitorio de esta reforma:
“No por haber descubierto en mí una vocación repentina por la puntualidad, sino porque la norma es clara: si no renuncio en tiempo, entraría bajo la hipótesis del tercer párrafo del artículo 95 de la Constitución, que exige causa grave para justificar una renuncia extemporánea. Y aunque podría improvisar una tragedia menor para cumplir con esa formalidad, la verdad es que no poseo tal causa grave”, sostuvo.
Subrayó que procedió conforme a la presunción de validez que toda norma merece mientras no sea revocada por un tribunal competente.
“Pero, como tantas cosas en el derecho, esa presunción es provisional, frágil y tal voz destinada a desaparecer cuando la Corte emita su juicio final. Hasta entonces”, manifestó.
Destacó que, por respeto a la Constitución, su renuncia surtirá efecto el 31 de agosto de 2025.
“Hasta ese día continuaré cumpliendo mis responsabilidades con la misma integridad que he intentado mantener desde mi primer día en este cargo”, mencionó.
Aclaró que su renuncia no significa abandonar una tarea “inconclusa”, sino que lo decidió tras entender que “los cargos públicos son préstamos temporales, conferidos para ser desempeñados con decora mientras dure el encargo”.
“El único lujo que me permito al dejar este puesto es hacerlo con la serenidad de haber sido fiel a los principios constitucionales que guían esta labor. Al final, el verdadero triunfo no es aferrarse al cargo, sino saber cuándo dejarlo con gracia, consciente de que nadie es indispensable, solo libre”, concluyó.

