¿Estás repitiendo los errores financieros de tus padres? ¡Descúbrelo!
Por Edith Esquivel
Cuando era niña, mi abuela decía que la masa de hojaldre cruda, que robaba de su cocina, se me pegaría en los intestinos y me enfermaría. También aseguraba que la papa sin cocer me daría empacho.
Cuando me hice adulta se me ocurrió investigar estas y otras afirmaciones que mi abuela hacía. Lo de la masa es un invento, pero la papa cruda sí es perjudicial.
Y tú, ¿alguna vez te has detenido a cuestionar las creencias que heredaste de tu familia o comunidad? ¿Y qué hay de tus creencias sobre el dinero? ¿Has notado patrones repetidos entre tu situación financiera y la de tus padres? En este artículo te ayudaré a identificar y mejorar las enseñanzas financieras de tu infancia.
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Repitiendo ciclos
En ocasiones, durante las asesorías financieras, algunas personas se dan cuenta de que se están dejando explotar por sus familias igual que sucedió con su padre, o quizás están llenas de deudas como sus madres. También es común que repitan con su pareja los patrones financieros del matrimonio de sus padres.
Si no estás satisfecho con tu situación financiera actual, pregúntate, ¿mis padres tenían preocupaciones similares? Quizás te lleves una que otra sorpresa.
Es muy posible que buena parte de las nociones financieras que rigen tu vida adulta las hayas adquirido durante tus primeros años, sin darte cuenta, con el ejemplo de los adultos, las historias familiares, las expectativas de tus amigos, etcétera. A estas creencias sobre el dinero se les llama “guiones” porque, consciente o subconscientemente, guían nuestras actitudes y nos llevan a actuar de una u otra manera.
Por ejemplo, mi guion gastronómico heredado de la abuela me hacía evitar la masa de hojaldre sin razón alguna. Como ya lo he hecho consciente y he investigado por mí misma al respecto, puedo embutirme un cuarto de masa de hojaldre de una sentada sin culpa.
La buena noticia es que es relativamente fácil cambiar nuestro destino financiero. El paso uno es analizar la influencia de nuestros familiares en nuestras creencias financieras.
Paso uno
Según Brad y Ted Klontz en su libro Mind Over Money, hay una relación entre cierto tipo de guiones financieros aprendidos cuando éramos niños y un patrimonio “pobre”. Entre los guiones que no convienen para generar riqueza están los de victimización (todo es culpa de la crisis); evasión (el dinero no importa, el dinero va y viene); de adoración del dinero (el dinero me hará feliz, me haré millonario cueste lo que cueste); o de estatus (vales lo que tienes).
¿Te identificas con alguno de los anteriores? Para conocer mejor el guion que rige tu vida financiera, anota en una hoja las frases sobre dinero que más a menudo te dices a ti mismo o a otros. Ahora ve si se ajustan a alguna de las siguientes cuatro categorías:
Victimización
- Aquí no se puede progresar
- Se nace pobre y se muere pobre
- No me queda otra opción
- La vida es injusta conmigo
- Todo es culpa del gobierno
Evasión
- El dinero sirve para gastarse
- El dinero pierde valor con el tiempo, mejor me lo gasto ahora
- El dinero es la raíz de todos los males
- El dinero llega a costa de alguien más
- La gente buena se corrompe por culpa del dinero
- Comprar esto o lo otro no me hace ni más pobre ni más rico
Adoración
- Con más dinero, mis problemas desaparecerían
- Si pudiera comprarme esto, mi vida estaría completa
- Poderoso caballero es don dinero
- No existe cosa más segura que el dinero
Estatus
- Trabajo para darme mis lujos
- Si no compro esto me voy a ver muy tacaño
- El nivel socioeconómico se mide con el tamaño de tu casa y la marca de tu coche
- Si no tengo dinero, no soy nadie
- El éxito se mide en dinero
- Verse bien es una inversión
Paso dos
Una vez que eres consciente de la existencia de estos guiones, el segundo paso es tratar de averiguar por qué tus familiares actuaron del modo en que lo hicieron. Tal vez ellos a su vez heredaron esas actitudes de sus padres. Muchas familias llevan repitiendo guiones nocivos durante generaciones. También es posible que hayan estado expuestos a ciertos eventos políticos o económicos que cambiaron su perspectiva. Por ejemplo, las personas que vivieron la famosa crisis del 82 tienden a evitar invertir en bonos gubernamentales, y es posible que le pasen ese miedo a sus hijos.
Paso tres
El tercer paso requiere de adquirir educación financiera. En el ejemplo anterior, un análisis de los bonos mexicanos revelará cambios sustanciales en su estructura en estos últimos cuarenta años: cambios que hacen muy improbable que la historia se repita.
Si no tienes cultura financiera, quizás no distinguirás un guion nocivo. Tal vez tienes cierta tranquilidad financiera hoy, pero es frágil: no podrías enfrentar financieramente la pérdida de tu empleo o una emergencia.
Hay guiones que aparentan ser benéficos en el corto y mediano plazo, pero que nos dejan vulnerables a largo plazo. Son peligrosos porque para cuando nos damos cuenta de sus deficiencias, puede ser demasiado tarde. Este era mi tipo de guion, heredado de mis padres y abuelos. No era precisamente malo pero, como veremos más adelante, tampoco era suficiente. En mi niñez aprendí:
- Vive dentro de tus posibilidades.
- Cuando te mueras, nada te vas a llevar.
- Gasta tu dinero en experiencias, más que en cosas.
- No arriesgues tu dinero, guárdalo en el banco.
- Los bienes raíces son la única inversión segura.
- Estudiar para tener un empleo es una inversión.
Este guion puede parecer sensato y quizás tengas uno similar. ¿Por qué digo que es insuficiente? Por debajo de la aparente comodidad y satisfacción de mis gastos clasemedieros en viajes y “experiencias”, se ocultaban muchas preocupaciones. ¿Qué pasaría si tanto mi esposo como yo nos quedábamos sin trabajo? Peor aún, viviendo en un México donde la mayoría de los empleos se ofrecen a personas de entre 25 y 45 años, ¿cómo sobreviviríamos a los 50? ¿Y cuándo podríamos retirarnos?
El problema con mi generación, cuyo retiro depende de la Afore, es que suele comparar su nivel de vida con la generación del régimen 1973, que todavía tiene pensión asegurada. Nuestros padres no saben invertir, y tal vez cometieron muchos errores financieros, pero de cualquier manera no los vemos sufrir. Reciben mensualmente su cheque, y lo seguirán recibiendo de por vida. La generación Afore, que cotizó a partir del 1 de julio de 1997, dependerá principalmente de ahorros propios para mantenerse en la vejez. Es por ello que, para los jóvenes de hoy, no es suficiente con no vivir “al día”, sino que es necesario no vivir “al año” ni a la “década”.
Aunque mi guion me evitaba deudas, no contemplaba ninguna provisión para mi futuro, por lo que no me liberaba de inquietudes económicas. Mi generación necesita guiones más sofisticados para tener bienestar financiero. Paralizada por la impotencia y los malos augurios económicos, me sentía como una pasajera del Titanic que ve acercarse el témpano de hielo: rodeada de comodidades pero con la certeza de un hundimiento inminente.
Paso cuatro
El cuarto paso es crear tu propio guion financiero. Eventualmente, me convencí de la necesidad de un guion hecho por mí misma, basado en una mejor educación financiera y en mis propios valores. Algunas de las directrices que orientan mi conducta actual son las siguientes:
- Vive por debajo de tus posibilidades.
- Los lujos y comodidades son adictivos, y como toda adicción, te acostumbras a ellos pero no te hacen feliz.
- El dinero pierde valor y debe invertirse para conservarse.
- Diversifica tu ingreso y tus inversiones.
- El dinero sirve para comprar tiempo, no para comprar cosas innecesarias.
- El dinero sirve para no preocuparse por él.
- El dinero es una herramienta para facilitar la felicidad, no para estorbarla.
Los guiones financieros sanos te permiten tener bienestar financiero, y te ayudan a vivir libre de preocupaciones, sin importar tu ingreso. Para que tus nuevos guiones sean mejores que los anteriores, es indispensable adquirir educación financiera. Una opción sería suscribirte al Diplomado en Finanzas Personales que impartiré en línea.
Cuando tu vida financiera está bajo control, te conviertes en una buena influencia para tu familia y tu comunidad. Nunca es tarde para cambiar tu guion financiero y, con él, tu vida.
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¡Nos vemos el próximo mes!
Con emoción,
Edith