Ucrania pide justicia a un año de la destrucción de la presa de Kajovka

Ucrania pide justicia a un año de la destrucción de la presa de Kajovka

EFE

Leópolis. - Un año después de la destrucción de la presa de Kajovka y la consiguiente inundación, que provocó la pérdida masiva de vidas humanas y daños medioambientales y a la economía del país, los ucranianos piden responsabilidades a Rusia.

En la noche del 6 de junio de 2023 se produjeron varias explosiones en la presa, situada en una zona controlada por Rusia.

La enorme masa de agua inundó rápidamente más de 620 kilómetros cuadrados y atrapó a miles de residentes en sus casas, tanto en la orilla oriental del río Dnipró, controlada por Rusia, como en la de Jersón, controlada por Ucrania.

"La destrucción de la presa de Kajovka en Ucrania es un crimen de guerra medioambiental que requiere una acción urgente de la justicia internacional", subrayó Truth Hounds, una ONG de investigación con sede en Kiev, en un informe que ha compartido con EFE sobre las causas y efectos de uno de los peores casos de daños a infraestructuras civiles ucranianas registradas durante la invasión rusa.

Dicho informe está elaborado junto a la ONG Project Expedite Justice, una organización especializada en la asistencia legal.

PÉRDIDA DE VIDAS HUMANAS

Aunque aún se desconoce el alcance total de los daños debido a que parte de la zona afectada sigue bajo ocupación rusa, cientos de personas pueden haber perdido la vida.

Al menos 32 personas murieron en el territorio controlado por Ucrania, según datos oficiales del Gobierno ucraniano.

Sin embargo, muchos residentes desplazados de la zona ocupada por Rusia afirmaron que se encontraron múltiples cadáveres en la región afectada después de que el Ejército ruso no mandara unidades de rescate.

Victoria, de Jola Pristan, contó a EFE que los vecinos sólo pudieron ver desde el tejado de su casa cómo su abuelo Oleksi Klimenko, de 83 años, y su abuela María Scherbina, de 84, se ahogaban, tras intentar en vano agarrarse a un gran árbol de su jardín inundado.

El número exacto de víctimas es difícil de establecer, ya que las autoridades instaladas en Rusia se negaron a indicar el ahogamiento como causa de su muerte, según los testimonios.

Al menos 112 lugareños fueron rescatados por soldados ucranianos y voluntarios civiles en arriesgadas incursiones a través del río, bajo fuego ruso.

UN IMPACTO DURADERO

Según datos del gobierno ucraniano y de la ONU, los daños en infraestructuras y bienes ascienden al equivalente de 12 mil 650 millones de euros.

Miles de viviendas quedaron totalmente destruidas o dañadas tras permanecer sumergidas durante semanas.

Las explosiones destruyeron una importante central hidroeléctrica, lo que se suma a los daños sufridos por el sistema energético ucraniano a causa de los ataques selectivos y la ocupación rusa.

Ucrania también ha perdido su mayor embalse, el de Kajovka, que cubría el 78% de las necesidades de riego de la zona, lo que sin duda afectará a largo plazo a su vital industria agrícola y a los medios de subsistencia de la población.

La pérdida del embalse también aumentó los riesgos en la central nuclear de Zaporiyia, que dependía de él para su suministro de agua.

Aunque aún no se han evaluado todos los efectos medioambientales causados, organizaciones ecologistas observaron pérdidas significativas registradas en la biodiversidad, así como en la calidad del agua y del suelo.

Algunas instituciones culturales únicas, como el museo de la pintora Polina Raiko y los "bordados de piedra" de los edificios de Nova Kajovka, también sufrieron grandes daños, en lo que se considera un nuevo golpe de Rusia a la identidad nacional ucraniana.

Responsabilizar a Rusia

"Fue un crimen deliberado y premeditado, uno de sus crímenes más graves contra el medioambiente y la población de toda nuestra región", afirmó este jueves en X el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Las pruebas disponibles apuntan al Ejército ruso, en particular a su brigada 205, como responsable de la destrucción de la presa, según los investigadores de Truth Hounds.

"Los registros sísmicos confirmaron múltiples explosiones en la presa, y las imágenes por satélite revelaron una brecha en la estructura de la presa, indicativa de una explosión interna", destacó el informe de esta organización, que apuntó, además, que los daños no podían proceder de los bombardeos de las fuerzas ucranianas.

Existe "una gran probabilidad" de que la orden de destruir la central procediera de representantes del más alto mando político-militar ruso, plantearon los investigadores.

Por eso piden a la Corte Penal Internacional y a la ONU que lleven a cabo una investigación exhaustiva y traten la destrucción de la presa como un crimen de guerra.

De lo contrario, plantearon los investigadores, "dictadores de todo el mundo tendrán motivos para repetir impunemente horribles crímenes medioambientales".

"Llevar a los responsables ante la justicia es un paso crucial para garantizar un futuro más seguro para todos nosotros", expuso Truth Hounds.

PGC 
 

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