Banca de desarrollo: ¿Clave para el crecimiento de América Latina? 

Por Danilo Díazgranados

Ante los estragos causados en la economía a causa del COVID-19, la respuesta de los bancos debe ir orientada hacia el crecimiento sostenible y resiliente con una proyección a largo plazo. A esa conclusión llegaron los participantes en la Asamblea Anual de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (Alide), que congregó virtualmente a cerca de 500 representantes de bancos de desarrollo, organismos internacionales y autoridades gubernamentales, especialmente de América Latina y el Caribe.

A la fecha, resulta incuantificable el impacto que ha ocasionado la crisis sanitaria en el desempeño económico y social de la región. Ante ello y para apoyar a la población y a los sectores más vulnerables, los gobiernos han canalizado recursos a través de las instituciones de desarrollo, los cuales serán destinados a programas de financiamiento y subvenciones en la búsqueda de minimizar el golpe financiero en los estratos de menores recursos.

En el marco del encuentro de Alide, los que allí se congregaron coincidieron en que en los actuales momentos el rol de la banca pública debe ser preponderante, ya que en el contexto de la crisis la respuesta debe provenir, en gran medida, del sector financiero. “Como bancos de desarrollo debemos lograr que el financiamiento fluya en la dirección sostenible y resiliente”, según lo manifestó el representante del International Development Finance Club, Rémy Rioux, quien además agrego que “se está construyendo una comunidad global de bancos comprometida con ello, y Alide es un componente importante de esa comunidad”.

En los actuales momentos, en los cuales el escenario financiero mundial —especialmente en América Latina— luce desdibujado de las metas decrecimiento fijadas años atrás, se hace imprescindible que la banca de desarrollo esté realmente clara en el cumplimiento de sus funciones. Estas organizaciones deben estar dispuestas a acompañar a los gobiernos en el diseño y ejecución de estrategias tendentes a apoyar al crecimiento de la economía.

Es por ello que resulta de gran importancia, que los participantes en este encuentro de Alide hayan recordado cuál es el rol de estas organizaciones, y más aún en época de crisis. También han insistido en la necesidad de hacer uso eficiente de los recursos públicos, con visión estratégica de mediano y corto plazo. La política de actuación debe ser inclusiva y previendo el empleo y adopción de tecnologías y la digitalización de las empresas.

El papel de la banca de desarrollo siempre ha sido vital y más ahora en la coyuntura económica global. Urge ayudar a los países a superar las crisis y qué mejor manera que potenciando su rol como canalizador eficiente de los recursos desembolsados por los gobiernos para financiar proyectos que ayudarán a minimizar el mal momento. Es un actor que debe desempeñar un papel preponderante en la superación de la crisis en la región.