¿Qué es y cómo funciona la adrenalina?

Ciudad de México.-  Seguro alguna vez has sentido adrenalina, pero ¿te has percatado en qué contexto la sientes? ¿O cómo te das cuenta que sientes adrenalina?

La adrenalina es un neurotransmisor (sustancias químicas ubicadas en el sistema nervioso)  que posibilitan la comunicación entre las neuronas del cerebro. Para ilustrar, según el portal neuros center:

Si imaginamos que nuestro cerebro es como una gran red de carreteras, los neurotransmisores serían los vehículos que viajan por ellas, llevando mensajes de un lugar a otro del cerebro.

El experto de la UNAM, Alejandro Dorazco, señala que este compuesto químico se activa de manera involuntaria y es temporal, se activa en situaciones de estrés, miedo, ejercicio, placer o mucha actividad cardiovascular, de ahí que sea sinónimo de peligro, aventura y/o emociones fuertes, asimismo es considerada una herramienta esencial para la supervivencia, pues también se produce en situaciones cuando se necesita dar el máximo.

Funciones

El portal mejor con salud indica que su fin principal es prepararnos para la huida o la lucha frente a una amenaza, por ejemplo, Dorazco nos invita a imaginar este caso que se puede adaptar a alguna situación específica de la vida cotidiana:

 “Imaginemos a nuestros ancestros caminando por muchos kilómetros buscando alimento, desesperados y débiles porque no han comido; de repente ven a un animal que puede servirles de alimento, les llega una descarga de adrenalina que les permite sacar fuerza suficiente para correr, alcanzar al animal y darle un golpe mucho más fuerte”.

Asimismo, permite potenciar los recursos físicos para alcanzar un objetivo lo que a su vez provoca la frecuencia cardiaca, elevación de la presión arterial, dilatación de pupilas, etc.

Peligros

El neurotransmisor durante un periodo corto de tiempo nos  ayuda a sentirnos bien, sin embargo, de acuerdo con la página de Ciencia de la UNAM, puede dejar de ser una aliada cuando se presentan picos de adrenalina constantes, en casos donde la presencia de preocupación es excesiva, hay estrés crónico, ansiedad, insomnio, taquicardias y dolores de cabeza.

En ese sentido, la liberación excesiva del neurotransmisor podrá manifestarse a  través de solores musculares, tensión, cansancio persistente, etc.