¿Se aproxima la nueva revolución del transporte?

El transporte lleva en el eje central económico décadas, pero nunca antes había tenido tanta relevancia social su buen funcionamiento.

El flujo de mercancías internacionales y nacionales que cada día transita por las carreteras es el que permite a fábrica y a logísticas ir moviendo el stock de productos por tiendas y llevarlos hasta su destino.

Sin duda, es uno de los sectores que más está desarrollándose y más está creando empleo en los últimos años, dando así cabida a la necesidad de responder a la demanda global que quita las fronteras a los productos no solo frescos sino que no tienen periodo de caducidad.

El colapso que llevan sufriendo, además, los puertos y sus containers en puertos como Los Ángeles, algunos chinos o los principales europeos está siendo clave para que el transporte por tierra esté en pleno crecimiento.

No obstante, no está siendo sencillo en países como España, cuando el precio de la gasolina y una nueva normativa que hace que el conductor no pueda ser quien descargue las mercancías que porta suponen nuevos retos que superar en sus rutinas.

¿Cuál es la situación del transporte terrestre en México?

Para hablar del transporte terrestre en México es necesario darse cuenta de las cifras: representa el 75% de la movilidad, por delante obviamente del ferrocarril.

La posición geográfica del país la hace, además, ideal para el comercio internacional. No en vano gracias a las nuevas fábricas fronterizas que se han ido levantando de unos años a esta parte, se está convirtiendo en referente manufacturero en el centro del continente, gestionando los pedidos y surtiendo tanto a América del Norte como a la zona Sudamericana.

Pero todas estas cifras tienen aún más sentido y respuesta cuando han sido las propias empresas de transporte las que han apostado por digitalizar parte del sector y aportar a las cabinas las herramientas tecnológicas de nueva generación del sector de la automoción.

Soluciones como el rastreo GPS son, cada vez, más relevantes para las rutas. No solo por conocer de primera mano en qué lugar está cada vehículo sino por poder ayudar en caso de necesidad a los conductores ante cualquier incidencia ajena a su trabajo. A esto se juntan también soluciones de inteligencia artificial capaz de, por reconocimiento facial, lanzar alertas en caso de distracciones, avisar de incidentes en la carretera y ruta que pudieran suponer un peligro o incluso las gestiones documentales.

"El hecho del reconocimiento facial del conductor ahorra tiempo y esfuerzo en tareas administrativas. Directamente, al reconocer quién va al volante, le carga todos sus datos, incluso su registro ELD, las ayudas que ha definido previamente o la ruta que deberá seguir y la velocidad de las áreas para ayudar a no superarlas" explican desde Samsara, aunque sobre todo tiene mucho que ver con la tranquilidad y seguridad de la carga gracias a toda la información que, en vivo, va ofreciéndose a las centrales de los tránsitos e incluso imágenes de las cámaras de grabación que se pueden incluir en la cabina y caja tal como se puede ver en esta página.

Esto, que parece venido del futuro, es ya presente. De hecho, son muchos los que de forma digitalizada llevan la documentación para presentar en las fronteras cumpliendo con todos los requisitos transfronterizos y, más aún, desde que las restricciones sanitarias por el coronavirus se impusieran en la libertad de acceso de un país a otro.