Conversamos con Carlos Cadena, empresario y emprendedor que lidera a la Fundación Vinte

Hablar sobre los empresarios de México, pasa por contar la historia de emprendedores que tuvieron un sueño, se arriesgaron a alcanzarlo, fracasaron y aprendieron para continuar hasta conseguir un negocio exitoso. Así es la historia de Carlos Alberto Cadena Ortiz de Montellano quien junto con otros socios fundó la que es hoy la desarrolladora de vivienda más grande de México: Grupo Vinte y actualmente lidera la Fundación Vinte con las mismas bases con las que un día emprendió el sueño de construir comunidades felices.
En esta conversación, Carlos Cadena Ortiz, comparte las lecciones que ha aprendido como emprendedor para convertirse en empresario, y la forma en que hoy impulsa el emprendimiento social desde Fundación Vinte.
¿Cómo nace la vena emprendedora de Carlos Cadena antes de Vinte?
Desde muy joven tuve claro que quería abrir camino. Antes de cumplir los 20 años trabajé transportando ganado de Canadá a México. Eran jornadas largas y exigentes, que me enseñaron disciplina y capacidad de adaptación.
Más tarde, en plena crisis de 1994-1995, junto con mi hermano y algunos amigos fundamos una casa de cambio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con apenas 10,000 dólares que nos prestaron. Doblamos resultados el primer día y, para 1997, ya teníamos once sucursales. Esa experiencia me enseñó que incluso en los momentos más volátiles hay oportunidades si sabes detectarlas.
¿Qué significa emprender para Carlos Alberto Cadena?
Emprender en México no es tarea sencilla. Implica asumir riesgos, aceptar que tus responsabilidades no tienen límites y mantener una visión periférica tanto del entorno como del negocio. Incluso creo que verme como emprendedor me permitió desarrollar esas dos habilidades: la visión macro para detectar tanto oportunidades como riesgos; y que la responsabilidad no es solamente con uno mismo o con los inversionistas, sino con la gente y con la sociedad en la que opera el negocio.
Pienso que muchos emprendedores fallan porque basan su estrategia únicamente en la esperanza. Para mí, los pilares son: diagnóstico claro, planeación rigurosa, conocimiento del mercado, disciplina financiera y claridad del propósito. Cuando ves tu negocio como un servicio, tienes más claro que estás ahí para resolver una necesidad real.
El mejor ejemplo es Grupo Vinte. Cuando fundamos la desarrolladora, Sergio Leal, René Jaime Mungarro y yo, sabíamos que no queríamos construir casas de 4 paredes. Queríamos construir casas en las que nosotros pudiéramos vivir, en las que nuestros hijos pudieran crecer y en las que pudiéramos construir comunidad. Cuando creamos Grupo Vinte competíamos con gigantes en el mercado inmobiliario, pero nos veíamos como emprendedores, con un propósito, buscamos al mejor talento y tuvimos disciplina financiera. Eso nos permitió crecer.
¿Cuál es el perfil que debería tener un emprendedor?
Un emprendedor es un iniciador, alguien que crea valor desde cero, afirma Carlos Cadena Ortiz. No solo se trata de abrir una empresa: también se puede emprender en lo social, como lo hacemos en la Fundación Vinte.
Debe ser creativo, optimista, tomar riesgos, rodearse de equipos sólidos y mejores que él en muchas áreas. Además, tiene que aprender constantemente y cuestionar sus métodos todos los días, afirma Carlos Alberto Cadena Ortiz de Montellano.
Carlos Cadena asegura que “la esperanza no es una estrategia”. ¿A qué se refiere?
Es una frase que escuché en Harvard y que siempre llevo conmigo: hope is not a strategy. Muchos proyectos se inician sin un análisis técnico ni financiero riguroso. El mercado, los costos, la operación, los recursos humanos, la regulación… todo eso debe estar claro. Emprender es maravilloso, pero también implica sacrificios: no hay horarios, vacaciones ni límites de responsabilidad. Normalmente el emprendedor trabaja sin parar. Por eso la disciplina es la diferencia entre sobrevivir o desaparecer.
¿Qué errores cometen con frecuencia los emprendedores?
El más común, asegura Carlos Cadena Ortiz, es enamorarse de la idea sin hacer un diagnóstico real del problema que quieren resolver. Otro es pensar que, por ser dueño, trabajarán menos y ganarán más. Y también creer que pueden hacerlo todo solos. El éxito llega cuando entiendes tus límites, te rodeas de talento y tienes los números bajo control.
¿Dónde están hoy las oportunidades para emprender en México?
En cada lugar donde hay un problema sin resolver. México vive un momento muy especial gracias al nearshoring y a sus condiciones demográficas. Veo al menos un par de décadas de oportunidades en sectores como el inmobiliario industrial, la vivienda y el comercio. Eso incluye cadenas logísticas, transporte, construcción de materiales, producción de alimentos y servicios relacionados.
Pero no basta con ver la oportunidad: hay que pensar cómo vas a resolver esa problemática y cómo mejorarás la vida de las personas, asegura Carlos Cadena.
¿Cómo traslada esa visión al ámbito social desde Fundación Vinte?
En 2020 creamos la Fundación Vinte, la primera en América Latina enfocada en reconstruir el tejido social en comunidades vulnerables. Nuestro Modelo Comunitario Participativo (MCP) convoca a gobiernos, sociedad civil, empresas y ciudadanos para generar soluciones colectivas.
Este modelo atiende justo lo que he dicho: resuelve una problemática, mejora la vida de las personas, involucra a mucha gente con talento; y la manejamos con una disciplina y transparencia financiera férrea, lo que genera confianza en quienes se alían con Fundación Vinte y en quienes reciben sus beneficios.
En apenas cinco años, afirma Carlos Cadena, impactamos a más de 150,000 personas en trece estados con programas en salud, educación, cultura, deporte, medio ambiente, prevención de adicciones y recuperación de espacios públicos. Nuestra meta es llegar a 500,000 beneficiarios en 2027 y a un millón en 2030, alineados con el Plan Estratégico 2026–2029 de ONU-Hábitat y doce de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Carlos Cadena habla de un “dividendo social”. ¿Qué significa este concepto?
Así como en los negocios buscamos utilidades, en la Fundación buscamos que la comunidad reciba beneficios concretos: sentido de pertenencia, participación activa y desarrollo humano. Ese es el dividendo social. Cuando una comunidad se organiza, se fortalece el tejido social y se abren más oportunidades para todos.
¿Cuáles son los mandamientos de Carlos Cadena para emprender en tiempos de incertidumbre?
Lo resumo en diez puntos:
- Identificar un problema y buscar resolverlo de forma creativa.
- Asumir riesgos con optimismo, fracasar y aprender del fracaso. El fracaso es necesario para tener éxito. Confío más en quien ha fracasado porque sé que el siguiente paso lo hará con más herramientas para tener éxito.
- Hacer diagnósticos claros: si no lo tienes, el error es inminente.
- Romper con la idea de que emprender es trabajar menos y ganar más.
- Recordar que las responsabilidades no tienen límites.
- Reconocer que no eres el mejor en todo y rodearte de gente talentosa.
- Aprender y cuestionar tus métodos constantemente.
- Ser el centro de gravedad de tu equipo, potenciando talentos.
- Nunca olvidar: la esperanza no es estrategia.
- Mantener una disciplina de hierro en el manejo del dinero.
Para cerrar, ¿qué consejo le daría, Carlos Cadena a los nuevos emprendedores?
Que trabajen sin parar, pero con inteligencia. Que entiendan que emprender es una responsabilidad enorme y que, si lo hacen bien, la recompensa no solo será económica: será la satisfacción de haber transformado vidas, comenzando por la suya y la de su comunidad.

