Drag en Líbano: Entre el escenario y la resistencia

Instagrgam: @itisnarcissa

Redacción.
 

En lo que parece el punto culminante de una escalada en el discurso contra la población LGBT de Líbano, personas afiliadas a un grupo cristiano de extrema derecha irrumpieron en un bar previo a la presentación de un show drag y agredieron e insultaron a los presentes, sin embargo esta parece ser sólo la punta de un iceberg.

 

Durante décadas el territorio de Líbano ha sido considerado un “oasis” para la población LGBT en medio de la región árabe, donde el pasar de los años y la incipiente representación queer en los medios de comunicación han logrado que estos tengan una opinión más positiva que en el resto de oriente sobre la diversidad sexual. Podría hablarse también de precedentes jurídicos, que datan de al menos de 2009 y dieron un fallo a favor de los derechos de las personas trans y la despenalización de las relaciones homosexuales consensuadas entre adultos.

 

 

EL OASIS SE DESVANECE

Pese a lo anterior, la vida de las personas queer nunca dejó de estar amenazada, ya que cualquier tipo de denuncia de los vecinos puede fungir como una suerte de condena, y las autoridades, amparadas por el código penal, suelen allanar sus casas, revisar sus dispositivos móviles a fin de encontrar a más gente que mantenga en secreto su orientación sexual e incluso someterlos a revisiones rectales para comprobar que no mantienen relaciones homosexuales, pese a que estas se encuentran prohibidas en dicho país desde 2013. A esto se suma la presencia cada vez más fuerte de partidos políticos afines a Hezbollah en el gobierno, cuyos discursos en contra de la población homosexual, trans, queer y los artistas drag han arengado las acciones de grupos de extremistas religiosos, volviéndose cada vez más reaccionarios y radicales. 

La situación queda manifiesta con las palabras de personajes como Hassan Nasrallah, secretario general del partido político y cuerpo armado chií Hezbollah, quien recientemente declaró desde el estrado que la homosexualidad “es un peligro real, inminente y que ha comenzado”, además de señalar que quienes mantienen relaciones con individuos de su mismo género deben ser asesinados “incluso si lo hacen una vez”.

Pero el gobierno no se queda atrás, mostrando su discurso hostil prohibiendo en su territorio aplicaciones de citas como Grindr con iniciativas de ley que criminalizan las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo o desde el ministerio de cultura, con su prohibición del estreno de la cinta Barbie, considerando que “promueve la homosexualidad” y “va en contra de los valores familiares”.  

 

 

 

El alcance de la esta retórica llegó el foco mundial el pasado 23 de agosto, fecha en que el centro nocturno conocido como “Om Bar” fue atacado por, según reportes, varios sujetos en motocicletas, de los cuales al menos un par estarían armados. Además de arrojar consignas homofóbicas, los individuos, señalados como miembros del grupo extremista cristiano Jnoud al-Rado (Soldados de Dios); habrían golpeado a las personas que trataban de abandonar el lugar y roto el mobiliario. 

 

En el sitio se habrían apersonado elementos de la policía local durante la ofensiva, sin embargo no habrían frenado las acciones ni detenido a ninguno de los involucrados, aunque sí indagado con los afectados y personal del local sobre la clase de show que se ofrecía.

Aunque esta no sería la primera muestra violenta de este grupo, ya que en 2022 varios de sus miembros destrozaron el letrero arcoíris hecho por una florería con motivo del mes del orgullo.  

 

LA BRILLANTE FORMA DE RESISTIR

 

 

Pero a pesar de todo lo anterior, la escena drag en Líbano ha experimentado un crecimiento y auge exponenciales desde el año 2018, pasando de la absoluta clandestinidad y un reducido grupo de artistas veteranas a convertirse en una floreciente subcultura con cada vez más exponentes y entusiastas que disfrutan de su arte.

 

 

Sin embargo, según lo documentado por distintos medios internacionales, el drag sigue siendo una actividad de alto riesgo que lxs artistas realizan en secreto y cobijadxs por la noche, por temor a las posibles represalias, mostrando su esplendor sólo en locales de confianza o desde sus habitaciones, llegando al resto del mundo a través de las redes sociales. 

 

 

Algunos de los nombres que mantienen viva la resistencia son Latiza Bombé, Emma Gration, Anya Kneez, Zuhal, Hoedy Saad, Narcissa y Sultana; cuyo trabajo va de lo mejor de la alta costura a lo más profundo de cultura árabe.

 

 

MFDO.