El día que el 'arte' desafió los límites de la moral

Por Ernesto Becerra
CDMX.- Hoy quiero recordar un caso que, a pesar de los años, sigue generando debate sobre los límites del arte y la moral. Sucedió en 2007, en la Galería de Arte "Códice" en Managua, Nicaragua.
La fecha exacta fue el 16 de agosto de 2007, y ese día se inauguró la "Exposición No. 1". La pieza central, y el foco de la controversia, fue una obra donde un perro llamado "Natividad" se encontraba atado con dos cuerdas. La intención aparente del artista, Guillermo Vargas, mejor conocido como "Habacuc", era que el can muriera de inanición frente al público. “Habacuc” creyó que su "creación" tendría una repercusión global, y no se equivocó.
A continuación un par de fotos de la galería:




Las críticas no tardaron en llegar. Asociaciones protectoras de animales de todo el mundo exigieron de inmediato el retiro de la obra. Sin embargo, lo que muchos no supieron en ese momento es que el “lomito” sólo estuvo atado durante tres horas que duró la exposición. El mismo “Habacuc” se encargó de alimentar a Natividad mientras este se encontraba libre en el patio del recinto, desmintiendo la narrativa de maltrato perpetuo que circuló.
La inspiración detrás de esta polémica obra, según declaró el artista en su blog, fue un evento desgarrador ocurrido el 11 de noviembre de 2005 en Cartago, Costa Rica. Un adicto indigente nicaragüense, llamado Natividad Canda, fue devorado por dos perros. Lo impactante no fue sólo el hecho en sí, sino que ocurrió mientras la prensa filmaba y en presencia de policías, bomberos y un guardia.
UN ACTO ATROZ
Acto que fue filmado, ante el beneplácito de los que presenciaban “el espectáculo” incumpliendo con lo que le indica su deber fue presa de los medios de comunicación, los cuales cubrieron la noticia de forma amarillista. Con esta exposición, dijo “Habacuc”, pretendo llevar a un espacio artístico reacciones y comportamientos similares a lo ocurrido con Natividad Canda. Por ello utilizó en la obra elementos que ilustren el contexto, propiciando reacciones que nos hablen de nuestra condición de humanos.
A pesar del enojo generalizado y los titulares que proclamaban "El artista que dejó morir de hambre a un perro", el objetivo del performance iba más allá de la crueldad animal. El autor escribió que buscaba la "utilización de medios de comunicación masiva: prensa escrita, internet, medios de información televisivo, radio, etcétera" Pero, además, su propósito principal era generar una reflexión profunda.
En una declaración al diario "La Nación", “Habacuc” afirmó: "Me reservo decir si es cierto o no que el perro murió. Lo importante para mí era la hipocresía de la gente: un animal así se convierte en foco de atención cuando lo pongo en un lugar blanco donde la gente va a ver arte. […] Nadie llegó a liberar al perro ni le dio comida o llamó a la policía. Nadie hizo nada".
Estas declaraciones, aunque antiguas, resuenan con una crítica muy moderna: la facilidad con la que las personas emiten juicios y críticas en internet, pero la poca disposición a involucrarse en las luchas sociales que se libran en las calles. También nos invita a reflexionar sobre cómo el amarillismo mediático puede sesgar nuestro juicio y distorsionar la realidad al no informarnos correctamente sobre los hechos.
Fuentes:
Información recabada del diario ABC.
* Fotos recabadas del blog "Se busca".

