Del Coliseum de Pompeya a La Corregidora de Querétaro: sociedad y violencia en el deporte

José Luis Zamora Manzano, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Tewise Yurena Ortega González, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

El deporte se ha convertido en una parte muy importante de la sociedad. Son de sobra conocidas competiciones como los Juegos Olímpicos, los mundiales de fútbol y la expectación que se genera en Estados Unidos con la SuperBowl.

Sin embargo, no podemos evitar hablar de enfrentamientos violentos como los acontecidos recientemente durante el partido que jugaba el Querétaro contra el Atlas, en la novena jornada del torneo Clausura 2022 del fútbol mexicano en la ciudad de Querétaro, que terminó en una batalla campal dentro y fuera del estadio.

Fueron decenas los hospitalizados por la brutal paliza colectiva, un desenlace lamentable en el que se profirieron amenazas como “maten a todos” y “no va a quedar ninguno en pie”, algo inconcebible en una sociedad avanzada como la actual.

Por todo ello, no se duda de que el deporte sea una cuestión global, donde la sociedad se congrega en masa y exterioriza sus sentimientos, aversiones e incluso, como sucedía en el Coliseum de la antigua Roma, manifiesta su opinión crítica sobre las actuaciones del Emperador.

En estos escenarios deportivos no es extraño que los aficionados profieran insultos, amenazas o gritos, no solamente a los jugadores, sino también a los hinchas o hooligans contrincantes.

El Estadio de La Corregidora de Querétaro durante una batalla campal en el partido Atlas vs Querétaro el 5 de marzo de 2022. Wikimedia Commons, CC BY-SA

Aquel fatídico partido entre el Liverpool y la Juventus

Otro de los casos más conocidos de violencia se produjo durante el transcurso de la final de la Liga de Campeones entre el Liverpool y la Juventus, en el estadio de Heysel (Bruselas), donde los hinchas ingleses comenzaron los altercados lanzando objetos a los aficionados de la Juventus, originándose una avalancha que se saldó con 39 muertos y unos 600 heridos el 29 de mayo de 1985.

Por este motivo, la UEFA aplicó una sanción inaudita en este tipo de eventos imponiendo un veto de cinco años de toda competencia europea a todos los clubes ingleses, si bien al Liverpool le impusieron diez años, que luego fueron rebajados a seis.

En el caso de México, la Federación Mexicana de Fútbol se planteaba descalificar al Querétaro de la liga, aunque finalmente perderá el partido contra el Atlas 0-3, y se le impondrán entre otras sanciones, un año a puerta cerrada jugando como locales al igual que para equipos femeninos e inferiores, 1 millón 500 mil pesos de sanción económica, y su barra (barras bravas o hinchas) será vetada 3 años en condición de local y 1 año como visitantes. Asimismo, los hinchas causantes de los altercados y declarados culpables no podrán acceder en ningún caso al estadio.

Se da la circunstancia de que México será uno de los países organizadores del Mundial de Fútbol de 2026. Cabe preguntarse si la Federación mexicana va a ser objeto de alguna sanción por estos incidentes por parte de la FIFA, o si esta considera suficiente la manifestación de la condena pública por los terribles acontecimientos.

Definición legal de estas conductas

En España, un país en el que los violentos han protagonizado muchos altercados, la regulación jurídica en este tema parte de la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, la cual amplía el concepto de violencia, mejora la definición legal de las conductas ilícitas, regula nuevas medidas de prevención de la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.

En su articulado se referencia la violencia al señalar, entre otras cuestiones, “la participación activa en altercados, riñas, peleas o desórdenes públicos en los recintos deportivos, en sus aledaños o en los medios de transporte” (art.2.1). Esta situación, que sigue siendo objeto de titulares a diario en la prensa, se agudiza cuando se utilizan las redes sociales para promover actos violentos en relación a actividades deportivas. Por ello, la violencia en el deporte es un elemento difícil de erradicar, ya que está presente en la sociedad.

Un ejemplo de esto lo encontramos en la antigua Roma, particularmente en Pompeya, donde en el año 59 d.C se produjo un enfrentamiento entre pompeyanos y vecinos de Nuceria, en unos juegos de gladiadores ofrecidos por Livineyo Régulo, que terminaron en una batalla de piedras y armas en los aledaños del Coliseum, según nos narra Tácito (Anales 14.17).

Exteriores del Coliseum de Pompeya. Shutterstock / SAPhotog

Diez años sin eventos deportivos y culpables al exilio

El suceso aconteció en tiempos del emperador Nerón, quién delegó en el Senado el enjuiciamiento de los hechos, imponiendo la sanción de suspensión de cualquier evento deportivo durante diez años, castigando a Livineyo y al resto de culpables con el exilio. La representación de las reyertas que tuvieron lugar tanto dentro como fuera del recinto se puede observar en el fresco de la casa de Aniceto, que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Este incidente, como hemos subrayado, prohibió del año 59 al 69 la celebración de munera gladiatoria (espectáculos de gladiadores) durante ese periodo.

Como vemos, la violencia en el deporte como fenómeno social se sigue reproduciendo en el tiempo, siendo en muchos casos los eventos deportivos el caldo de cultivo de ultras y otro tipo de organizaciones que, al socaire de las redes sociales, generan corrientes de violencia que aprovechan las congregaciones deportivas para realizar actos vandálicos y provocar disturbios, alejándose de lo que implica animar como hinchas a los diversos equipos y a sus jugadores.The Conversation

José Luis Zamora Manzano, Profesor Titular de Derecho romano, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Tewise Yurena Ortega González, Profesora Ayudante Doctor de Derecho Romano, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.