El especismo del turismo

Por Aranxa Albarrán Solleiro

Ecoturismo, turismo ecológico, turismo sustentable y turismo generativo, cuatro campos semánticos del sector que tienen por objetivo la conservación de la naturaleza a través de la incentivación turística. ¿Es eso posible? Para las campañas bombardeantes en revistas y catálogos turísticos en agencias de viajes, dichas tendencias son de las más solicitadas, puesto que se han sabido colocar con grupos de personas que penetran redes sociales y sitios de internet con fotografías o videos mostrándose en un ambiente puro, saludable y libre de cualquier daño.

La idea de protección a la flora y fauna en cada espacio del planeta tierra, se ha convertido en un elemento vital, pues la pandemia ha dejado una visión de desprotección magnánima ante lo que nos rodea, provocando cada vez más, alteraciones en el espacio, medio ambiente y situación social. Los mares de México cuentan con ocho especies de ballenas de las 14 que hay en el mundo, según la Facultad de Ciencias de la UNAM, por lo que el sector turístico ha sabido hacer uso de ello para generar atractivos turísticos que conlleven al avistamiento de ballenas, especialmente en los meses de marzo y abril, cuando comienzan a arribar a la costa mexicana, específicamente a Los Cabos, Sinaloa, Jalisco, Colima, Michoacán y Nayarit.

A pesar de las normas y reglamentos de conservación a los mamíferos, la mayoría de los empresarios turísticos y prestadores de servicios, no llevan a cabo estrictamente la preservación del hábitat que les rodea, por lo que los desechos que lanzan al mar y los motores utilizados de las lanchas, generan enfermedades y complicaciones a las ballenas gris y jorobada, siendo las dos especies que permean en el país.

Dicho esto, la acumulación de capital continúa incrementándose, no obstante, el especismo aumenta por igual, pues se ve a los mamíferos como simple producto y no como un ser vivo con necesidades de vivir libres y sin perpetradores. Dicho lo anterior, el término “eco” y “sustentable” se difuminan del concepto riguroso de cuidar y proteger las especies animales, así como los recursos naturales a su alrededor.

Así mismo como sucede con el avistamiento de ballenas, el entretenimiento de turistas para observar especies de aves endémicas en el país y el mundo, ha causado daños en sus zonas de residencia, por el mal cuidado de parte de prestadores de servicios y la falta de ética de viajeros ante éstos.

De acuerdo a lo dicho por la OMT y el World Travel & Tourism Council, este tipo de tendencia turística beneficia a la comunidad, dándoles oportunidad de empleo, así como el auspiciar la protección de zonas naturales, sin embargo, el flujo de turistas en temporadas específicas, ha sobrepasado el bienestar no solo de los pobladores, sino de los animales, todo con el fin de obtener un entretenimiento humano bajo conceptos erróneos de un turismo ecológico.

Si bien la primera hipótesis generada para dar respuesta al origen de la pandemia, se ha centrado en el maltrato animal y el consumo de éstos para una satisfacción de gustos humanos, ¿por qué presentar continuas promociones hacia destinos con este tipo de turismo, sin siquiera haberse dado el tiempo de generar decálogos de ética turística tanto para trabajadores del avistamiento, como para turistas que planean desplazarse de sus destinos para la contemplación de extraordinarios seres vivos?

Los animales, están siendo vistos como un recurso turístico sin autorización ni permisibilidad, como si un humano de pronto se presentara detrás de una vitrina para su venta o admiración sin importar lo que éste padezca al hacerlo.

Si se planea metabolizar la actividad turística con estrategias de cuidado al ambiente, en un sentido riguroso, no se debe de pensar solamente en aspectos básicos como: cuidado del agua, contaminación del aire y suelo, sino de respetar y valorizar uno de los principales recursos naturales, como lo son los animales.

Además, la capacitación a comunidades dependientes de dicha actividad turística, deberá ser considerada como esencial, pues hasta el momento, la baja visita de visitantes, ha provocado conservar una resiliencia en las actividades de avistamiento, sin importar los daños que se están causando.

Es evidente la relevancia de repensar al turismo y dejar de preocuparse primero por el posible capital económico que pudiera obtenerse a través de un producto turístico.

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