Por David Somoza Mosquera
@DavidSomozaM
En tiempos de incertidumbre, los cuales se han vivido con mayor intensidad desde que estalló la pandemia hace casi tres años, las empresas, por lo general, buscan proteger lo que tienen mientras esperan por el regreso a la “normalidad”. Sin embargo, se trata de una estrategia de alto riesgo, pues podría no dar los resultados deseados.
Si bien los efectos del covid-19 han ido quedando atrás, hoy hay otros factores -la crisis geopolítica producto del conflicto Rusia-Ucrania, la amenaza de una recesión económica global y los desafíos en materia de sostenibilidad, entre otros- que podrían tener implicaciones severas en los modelos comerciales.
Ante ese panorama, la firma McKinsey hace una serie de consideraciones que valen la pena destacar. Sostiene que, en medio de tantos cambios, “es poco probable que simplemente tratar de administrar los costos y aumentar la productividad supere el desafío de crecimiento que enfrentan siete de cada ocho organizaciones en la actualidad”.
De allí que proponga a las empresas encontrar focos de crecimiento que puedan ayudarlas a asegurar el éxito a largo plazo, y la innovación es fundamental para lograr ese objetivo.
“El rendimiento superior duradero requiere que los equipos de gestión reorienten los esfuerzos de innovación en nuevas oportunidades de crecimiento y diversificación, y desarrollen nuevos productos, inviertan en nuevos modelos de negocios y forjen nuevas asociaciones para aprovechar esas oportunidades”, recomienda la consultora en su análisis “Innovation: Your solution for weathering uncertainty”, publicado en enero de este año.
Y no sin razón, en situaciones adversas, disruptivas, no solo basta con implementar medidas defensivas, hay que también lanzarse a la ofensiva y para ello se requiere de "líderes ambidiestros" capaces de moverse en ambos planos, creando valor a pesar de la volatilidad y configurando sus empresas para que prosperen en un mundo que sigue cambiando de manera sustancial.
De hecho, McKinsey advierte que su investigación y experiencia muestran que las empresas tienden a quedarse atrás si se enfocan únicamente en evitar las desventajas. Por eso, insiste en que la innovación es clave para capturar oportunidades de crecimiento y crear más opciones estratégicas en un entorno que cambia rápidamente.
“Muchas empresas ya están actuando. En nuestra Encuesta de Creación de Nuevos Negocios de 2021, los consultados informaron que, en promedio, esperan que la mitad de sus ingresos en los próximos cinco años provengan de productos, servicios y negocios completamente nuevos”, señala la firma para respaldar su planteamiento anterior.
Efectivamente, en estos últimos años ha quedado demostrado que las empresas que sustentan sus modelos de negocios con fórmulas que carecen de novedad, inventiva y originalidad son más vulnerables a los cambios.
Es necesario, en vista de lo que el mundo sigue viviendo, que las compañías capturen nuevas oportunidades, ya sea alineándose con las tendencias emergentes o aventurándose en otros mercados, y esto se logra invirtiendo más en innovación, pues como bien dice McKinsey “los supuestos que sustentan muchas líneas de negocio e iniciativas de crecimiento han cambiado o se han desmoronado por completo”.
Así que no está de más considerar la adopción de nuevos modelos de negocios que permitan a las empresas ser más adaptable y generar crecimiento. Y son los líderes ambidiestros y la innovación la dupla que hoy se necesita para enfrentar los cambios; sobre todo, si resultan tan bruscos como los que se están produciendo.
