Resucitar el muerto, el milagrito que la oposición necesita ahora para el 2024

Espada de Dos Manos
Columna de Opinión
Autor: Marcelo Fabián Monges
Escritor y periodista
Lunes 5 de junio de 2023

Cuando Cristo le dijo a Lázaro “levántate y anda”, Lázaro se levantó y primero comenzó a tratar de entender qué pasaba. 

Que nadie crea que por grande que fuera el milagro, Lázaro se levantó ya bien peinado, con la ropa reluciente, y con plena conciencia le agradecía de inmediato al maestro haberlo sacado de la muerte. 

Por más grande que había sido el milagro, en el sepulcro, todavía quedaban los olores de la muerte. Lázaro tenía todavía parte del pelo ensortijado cubriéndole la cara. Apenas después de darse cuenta de que estaba vivo, otra vez, comenzó a reconocer a los presentes. A notar el estupor de algunos, la incredulidad de otros, y la luz que lo había regresado a la vida. Pero resucitar un muerto no es tarea fácil. De hecho, es algo que ha realizado un solo hombre sobre la tierra en la historia de la humanidad. Por lo que la tarea que ahora necesita realizar la oposición política mexicana de cara a las elecciones del 2024, después de haber perdido las elecciones en el Estado de México, constituye un trabajo descomunal, por no caer en el derrotismo que tildaría esta tarea como imposible. 

Cristo pudo resucitar a Lázaro, además de por sus poderes divinos, porque sabía que estaba muerto. Pero si fuera la oposición en México la que estuviera frente a aquel Lázaro en ese tiempo, tal vez lo siguiera cuidando, como si estuviera vivo, sin asumir que estaba muerto. 

La oposición en México nunca hizo una autocrítica real después de la aplastante derrota que sufrió en todo el país por López Obrador en el 2018. Y cuidando al muerto como si estuviera vivo, fue perdiendo todas las elecciones o casi todas a gobernadores en los diferentes estados del país. Siempre con las mismas prácticas. Siempre con sus banales convicciones. Creyendo que seguían vivos por ir en una Alianza, del PRI, PAN y PRD. Siempre con los mismos dirigentes a la cabeza a los que la sociedad no les cree ni convencen a nadie. Todo esto también es parte de la baja participación ciudadana en las elecciones del Estado de México. La gente que ve a todos los partidos como iguales. Todos son corruptos a los ojos de la gente. Habrá que preguntarse ¿Si toda la gente está equivocada? ¿O si los partidos políticos apestan a corrupción al igual que el gobierno al que dicen combatir? 

Estos partidos encontraron a un salvador para que los saque de su sepulcro con una fórmula aritmética mágica. Ese salvador era Claudio X. González y su maravillosa fórmula era sumar a todos los partidos posibles en la oposición y hacer la lista de los candidatos. 

Y así fueron los partidos perdiendo elección tras elección de gobernador en los estados levantando su propio Lázaro. Hasta llegar a la elección del Estado de México de este 4 de junio, donde pese a todo, descubrieron que su Lázaro seguía muerto. 

Es que nadie les explicó, ni a los presidentes de los tres principales partidos de oposición, ni a su salvador, que con las mismas recetas seguirían consiguiendo los mismos resultados. 

En la oposición ahora tienen el muerto. Tienen su propio Lázaro. Uno tan enorme que ocupa casi todo el escenario nacional. El Lázaro gigante de la oposición está allí y asombrados lo miran y no lo entienden. No entienden cómo puede estar muerto. En realidad, lo que no entienden es que desde el 2018 nunca había resucitado. 

Tampoco entienden que la fórmula mágica de su salvador, la alquimia científica de Claudio X. González, de sumar prodigiosamente en una Alianza a los tres partidos de oposición, por si sola, no resucita muertos. 

El problema de la oposición es que eligieron como salvador a un falso profeta. Un hombre sin experiencia política, como Claudio X. González, que jamás entendió que por fuera de las redes sociales hay un país, y que ese país no cabe en el pequeño mundo de Twitter. La mayoría de los mexicanos no se mueve por lo que dicen las redes sociales. Pero Claudio X. González y su pequeño grupo de elegidos como Ana Lucia Mediana que se definen como “activistas digitales” es algo que no entienden. Tal vez, los resultados de las elecciones de este 4 de junio en el Estado de México les ayude a aprender algunas de estas cuestiones. Como que hay que hacer trabajo de “tierra real”; ir a buscar a la gente, convencerla, organizarla. Y que no alcanza con ponerse una playera rosa, una gorra rosa, y pararse en una esquina a volantear para sacarse una foto para las redes sociales. 

Tampoco alcanza con la exclusiva visión electoral del falso salvador de la oposición que es Claudio X. González. Hace falta una visión de transformación de México, de movimiento, en un sentido inverso al cambio que está realizando Morena, pero con esa concepción en cuanto a la operación y movilidad política. 

Alejandra Morán, la dirigente que organizó la marcha del 28 de mayo en defensa de la Suprema Corte de Justicia, es una máquina de construir estructuras de organización en distintas partes del país, lo que le ha permitido muchas veces movilizar gente en muchas ciudades a la vez. 

El viejo PRI podría tener mañas y cosas deleznables. Pero tenía una experiencia política que la oposición desconoce. Y sobre todo la desconoce el pequeño grupito de Claudio X. González. El viejo PRI sumaba a todo el que podía, ayudaba a la gente, valoraba la lealtad. Si alguien llegaba con propuestas era bienvenido. Los organizaba, creaba estructuras. Claudio X. González no hace nada de eso ni sabe de qué se trata. Y no lo sabe por dos razones fundamentales, la primera es que Claudio X. González nunca fue un activista ni un militante político. Y de alguna forma su entrada en el terreno político, al menos más de lleno, ha sido a partir del gobierno de López Obrador. Es decir, desde hace unos cinco años a esta parte. La otra razón de por qué no sabe cómo se construye políticamente, cómo tener un liderazgo efectivo y ganador, es porque su interés está puesto en el negocio de poner candidatos. El mesías de la oposición es un junior que juega al T.E.G., ese viejo juego de tácticas y estrategias de guerra con fichitas, poniendo y sacando candidatos en un lugar y en otro, y calculando que si de un lado logra sumar muchos más soldados que del otro ganará irremediablemente cualquier batalla. Es decir, Claudio X. González no sabe ni siquiera que en la historia de humanidad muchas veces no ha ganado una batalla el ejército que tenía más soldados, sino el que tuvo un general que tenía la mejor estrategia. 

Otro problema letal que tiene la oposición es que su falso mesías, Claudio X. González, camina levantando y persiguiendo a Lázaro mientras este todavía está muerto. Es decir, Claudio X. González no representa una sociedad civil que va delante de los partidos políticos marcándole el rumbo. Claudio X. González va detrás de los partidos políticos, porque tiene menos experiencia política que ellos, y porque su única fórmula mágica es sumarlos a todos frente a Morena. 

Mientras la oposición no sea capaz de sacarse de encima a los tres presidentes de los partidos políticos que conforman la Alianza, frente a los ojos de la sociedad, seguirán siendo el mismo Lázaro muerto de 2018. Mientras la oposición no sea capaz de sacudirse a los presidentes de los partidos que se conservan en sus puestos porque se sienten y actúan como si fueran dueños de ellos no tiene ninguna posibilidad para el 2024. Mientras la oposición siga siendo articulada por un falso mesías como Claudio X. González, que es alguien sin experiencia política, ni grandeza para sumar a la sociedad civil de verdad, no a un grupo que se haga pasar por la sociedad civil, no llegará a ningún lado. En ese sentido, el negocio de Claudio X. González de colocar candidatos nació fundido. Y tal vez sólo se terminen de dar cuenta de que el muerto seguía muerto en el 2024

Frente a esto podría haber otro sector, otro liderazgo, que si logra apretar las teclas correctas para construir políticamente más allá de las redes sociales, con trabajo de tierra, creando estructuras, y exigiendo un método de selección del candidato de la Alianza para el 2024 que sea por elecciones directas, transparentes y no por ninguna encuesta, tal vez la oposición podría cambiar su talante y tener alguna esperanza para el 2024. Ese grupo o sector de la sociedad civil está conformado por lo que ellos mismos se denominan la Ola Blanca. El grupo que organizó la movilización del domingo 28 de mayo para defender la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Este grupo está liderado por Alejandra Morán, a quién desde el grupo de Claudio X. González la usaron sin ningún reparo para sacar adelante las movilizaciones para defender al INE del 13 de noviembre de 2022 y el 26 de febrero de 2023, y la dejaron sola frente a la convocatoria de este 28 de mayo. Sin Alejandra Morán el grupo de Claudio X. González difícilmente podría haber replicado la movilización en distintas ciudades del país. Para la movilización del 28 de mayo, convocada por Alejandra Morán, el grupo de Claudio X. González no le dio ni siquiera un solo RT para ayudarla a convocar a la marcha. El argumento del grupo de Claudio X. González era que primero estaban las elecciones del Estado de México, aunque López Obrador estuviera atacando a la corte y amenazando a sus ministros permanentemente. Por lo que el grupo de Claudio X. González se fue a trabajar al Estado de México, siendo artífices de la derrota. Para diferenciarse del grupo de Alejandra Morán, y frente al rédito político generado por la marcha en defensa de la Suprema Corte, hubo un personaje del grupo de Claudio X. González, que decidió descalificar en Twitter a quienes desalojaron el plantón de porros enviados por el gobierno que estaban en la puerta de la Suprema Corte. Este personaje fue Amado Avendaño. 

Al padre de Amado Avendaño tuve el honor de conocerlo en Chiapas, en 1994, mientras escribía mi libro sobre el levantamiento zapatista. Amado Avendaño padre era director del diario El Tiempo y era un hombre cabal y valiente que apoyó abiertamente las causas levantadas por el EZLN. Por las razones de su lucha sufrió un atentado. 

Pero su hijo, al contrario de lo que hubiera hecho su padre, repudió el desalojo del plantón de porros de la Suprema Corte, porque dijo, “está en contra de la violencia”. En el desalojo no hubo violencia. Hubo fuerza. Si a los porros enviados por el gobierno alguien les pide por favor que entren en sus cabales y entiendan razones y por lo tanto que se retiren, no lo van a hacer. Y ese plantón constituye una amenaza directa, incluso física para los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Además de ser u7na permanente falta de respeto para los jueces que están defendiendo el Estado de Derecho. 

Amado Avendaño hijo, juega así un rol de esquirol desde el grupo de Claudio X. González contra la marcha en defensa de la Suprema Corte y el grupo de Alejandra Morán, nada más, o al menos sobre todo, porque esa marcha no la organizaron ellos

Hay que decirlo con toda claridad. Con ese tipo de personajes, de divisiones, de enanez (cualidad de enano) mental, la oposición seguirá perdiendo en todas partes y el proyecto de López Obrador se podrá perpetuar como el chavismo en Venezuela.

En la derrota de la oposición del Estado de México, también jugaron otros factores. Sin duda alguna, el gobernador Alfredo del Mazo pactó con el gobierno de López Obrador una embajada como su nuevo destino político. Porque el hecho de que una vez que inició la campaña dejara sola a Alejandra del Moral, no fue por casualidad. En política no existen las casualidades

Pero la oposición tenía que saber que esta es una de las formas en las que ha venido operando el gobierno de López Obrador para ganar elecciones y encontrar un antídoto. Si el gobernador dejó sola a Alejandra del Moral no fue porque sí. Los presidentes de los partidos de la Alianza la deberían haber asistido desde el primer día, pero no lo hicieron. Se fueron a sumar a su campaña cuando vieron que todas las encuestas la daban a la baja. E incluso ante la derrota, también la dejaron sola. Junto a ella no estuvo ni Marko Cortés, ni Alito Moreno, ni Jesús Zambrano, cuando dio su discurso de aceptación de la derrota. Con esta visión utilitarista de la política, basada en la doctrina del “te uso y te vas” que propician los presidentes de los tres principales partidos de oposición y de su falso mesías Claudio X. González, la oposición no llegará a ningún lado. Jamás le ganará a Morena en 2024. 

Si la oposición y la sociedad civil, de verdad, (no el grupito que tiene una cuenta que dice sociedad civil y se erigen como si fueran la sociedad civil de verdad), quieren tener alguna posibilidad real para el 2024, tendrán que ser capaces primero, e inmediatamente, de librarse del yugo de los tres presidentes de los partidos políticos que conforman la Alianza, y buscar un liderazgo genuino, que no esté limitado a poner candidatos y a las redes sociales como Claudio X. González

Claudio X. González hace más de dos años que dice que viene trabajando en la conformación de un método para elegir el candidato de la Alianza. Me lo dijo personalmente en su propia casa, un 20 de diciembre de 2021, antes de la pandemia. Todavía hoy no tiene la forma de elegir el candidato de la Alianza

Tampoco la Alianza tiene un Proyecto de Nación, una Plataforma Política, ni propuestas que la sociedad en general, al ciudadano de a pie le permitan saber cómo sería el gobierno de la Alianza. 

Dicho de otra forma. De acá a que el Lázaro de la oposición se levante y camine, puede pasar mucho tiempo, si no cambian de mesías y son conscientes de que siguiendo la misma receta no conseguirán resultados diferentes. 

Me quedo con la imagen de la cara desencajada de Santiago Creel mientras acompañaba en su discurso a Alejandra del Moral. La cara de Creel dejaba ver que él sabía que la derrota electoral del Estado de México, es prácticamente la visión de su propia tumba política para el 2024. Pero a pesar de eso estuvo ahí. Estuvo poniéndole la cara a la derrota.

En contraste, la huida y la ausencia cobarde de Jesús Zambrano, de Marko Cortés y de Alito Moreno, evoca esa frase de Napoleón que sentencia: “El triunfo tiene cien padres, la derrota es huérfana”.

Camino al 2024 la oposición tiene que aprender muchas cosas. Una de ellas, por ejemplo, es que, a la gente, a la población en general, no se la convence insultándola. Menos insultándola más fuerte, como han comenzado a hacer algunos de los personajes que son representativos de esta oposición (ejemplo Javier Lozano hoy en Twitter). Insultar a la gente no suma votos. Algo que algunos sectores de la oposición no han aprendido desde que salió al ruedo político desde que inició el gobierno de López Obrador.