La inflación azota a América Latina: ¿Será posible controlarla?

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Por Moris Beracha

La nueva variante ómicron no es lo único que en este momento amenaza a América Latina. Se ha visto azotada, nada más ni nada menos, que por la inflación. Al extremo de que cerrará este año como la región con mayor aumento de precios del mundo, según el Fondo Monetario Internacional. En sus últimas proyecciones, calculó una inflación regional de 9.3% en 2021 y de 7.8% en 2022. 

Visto por país tenemos, según el organismo, que al cierre de noviembre la inflación en Brasil —la primera economía de la región— tuvo un alza interanual de 10.74% y una variación de 9.26% entre enero y noviembre, un nivel muy lejos del 3.75% fijado como meta para 2021 por el Banco Central. 

Esto debido al fuerte impacto del precio de la gasolina, que se disparó 50.7%. Es así como los economistas calculan que Brasil terminará 2021 con una inflación de 10.18%, el mayor nivel desde 2015.

En México, la segunda economía de la región, la inflación registró un alza interanual de 7.37% en noviembre, el mayor nivel en dos décadas, ante el incremento de insumos básicos como los agropecuarios y la energía. La cifra es más del doble de la meta de 3% del Banco de México.

La inflación en Chile alcanzó un nivel no visto en más de 13 años, desde la crisis financiera de 2008: en noviembre se elevó hasta una tasa interanual de 6.7%. La mayor liquidez, producto de las medidas que se implementaron para afrontar la crisis del covid-19, fue uno de los principales motivos de que se haya disparado.

Colombia, aunque está por debajo de otras naciones de la región, no escapa del aumento de la inflación, que hasta noviembre se ubicó en 4.86% anual, por encima de la meta de 3% del Banco de la República. Entre los factores, indica el FMI, están la depreciación del peso frente al dólar y la reactivación del consumo tras la contracción causada por la pandemia en 2020.

El panorama también es más estable en Perú, donde la tasa de inflación interanual de noviembre bajó a 5.66% tras el pico de 5.83% de octubre, en medio de alzas en gas (10.5%) y agua (3.4 %). La expectativa al cierre de este año está en 3.71%, un poco por encima de la meta de 3% del Banco Central de Reserva del Perú. 

En cuanto a Argentina, la elevada inflación también es uno de los principales problemas que persisten en ese país, donde en las últimas dos décadas, salvo contados años, se han registrado índices de inflación anual mayores a dos dígitos.

La tasa se ubicó en noviembre en 51.2% interanual, y cerraría el año con un alza de 51.1%, según datos revelados por el Banco Central, lo que superaría la pauta para 2021 de 29%. La política expansiva, aplicada para atender los efectos de la pandemia y estimular la economía tras la fuerte recesión de 2018-2020, ha impulsado los precios.

Y por último está Venezuela, cuya inflación de enero a noviembre fue de 631.1%, mientras que la interanual se situó en 1.197.5%. Estas cifras que para otras naciones podrían significar una hecatombe, representan un respiro para la economía venezolana, que entró en inflación precisamente en noviembre de 2017 y para superarla debe tener 12 meses continuos con un aumento de precios inferior a 50% en cada uno.

En noviembre, Venezuela completó once meses por debajo de ese porcentaje, con lo que podría concluir este periodo si cumple también el objetivo en diciembre.

Ahora, este panorama de la subida de precios en América Latina, que obedece no solo al impacto de la pandemia, sino también a la incapacidad de los países de resolver sus antiguos problemas, tendrá severas consecuencias para la mayoría de las naciones de la región el próximo año, el cual ya está a la vuelta de la esquina, si no se implementan los correctivos necesarios. 

Tomémosle entonces la palabra a Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva del Perú, quien aseguró que la inflación “es un fenómeno mundial y no es tan difícil controlarlo”. Pues, América Latina manos a la obra.