Por Gerson Gómez
Le juraron lealtad suprema a su decisión arbitraria. Los ciudadanos consejeros se pescaron de un chorro de aire. En el desconocimiento completo de la ley. De las facultades plenipotenciarias de los diputados federales.
Con la denuncia formal en la instancia adecuada, apoyado con los magistrados, se activó de inmediato la maquinaria penal contra Lorenzo Córdova y hacia quienes votaron para evitar realizar la simulación de referéndum presidencial.
En estos tres años de rebeldía de Lorenzo y de la mayoría de los consejeros, desde impedir el descuento de sus sueldos y añadidos presupuestales, detonaron los puentes de una conciliación con la 4T.
Intocables, como asintieron con el INE, una isla arbitraria, contra la principal institución en la historia nacional, el presidencialismo.
Los deseos de Andrés Manuel se irán cumpliendo. Al debilitar al INE, al exhibirlo como un instituto improductivo, caro y rebelde, les está confrontando contra la opinión pública y el clientelismo de los programas sociales de AMLO.
La denuncia contra Lorenzo y los seis consejeros es real, seria y peligrosa. No atenta contra la vida democrática, sino contra un grupúsculo de intocables, amparados en las negociaciones vencidas del PRI-PAN-PRD y partidos satélites. Del famoso Pacto por México.
Amenazados por la prisión corporal, Andrés Manuel les dispensará, como acto dadivoso, en el fango de las instancias y de los tiempos judiciales.
El referéndum se hará, como el presidente ordene. Eso lo deben entender Lorenzo y sus seis aliados.
