Capacitación del recurso humano: una potente herramienta

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Por David Somoza Mosquera

Un equipo de trabajo capacitado es una de las mejores herramientas que puede tener una empresa para mantener sus procesos óptimos y su rentabilidad. Esto no solo permite a los empleados garantizar un rendimiento en función de conseguir buen desempeño en sus labores y calidad en su trabajo, sino que también sirve para que las compañías eleven sus estándares.

Por eso, es importante que esa capacitación sea continua. Tener los conocimientos y las habilidades necesarias para desempeñar una mejor labor es clave para el negocio. De esta forma, todos los involucrados en el proceso de producción o de cualquier otra actividad propia de la empresa se van engranando según sus capacidades y competencias de la manera más idónea.

Un personal bien capacitado, además, es capaz de mantener la estabilidad tanto en los puestos de trabajo, como en la continuidad de las labores del equipo. Al estar todos en la misma sintonía, se evita rotación de personal, lo cual implicaría una nueva capacitación para que esos nuevos miembros se pongan a tono con el resto de sus compañeros.

Así que las herramientas que pueda la empresa proporcionarles a sus empleados servirán para que ellos mismos vayan construyendo su propia manera de trabajar, la más apta para no solo ser más efectivos, sino también que redunde en beneficio de la compañía.

Los empleados con buena capacitación también son capaces de resolver por sí mismos cualquier problema que se les presente. Tendrán la confianza y seguridad necesarias para estar convencidos de que aquello que pretenden realizar dará buenos resultados.

Lo importante de esto es que la empresa esté en constante monitoreo del personal. Al tener claras cuáles son las características, competencias y habilidades que debe tener, se podrá actuar en consecuencia para darle la formación que le falta. Esto motivará a los empleados a desempeñar sus labores con agrado, motivación y compromiso.

Un trabajador motivado y comprometido creará lazos de pertenencia con su compañía. Se sentirá con la confianza necesaria de que sus labores están a la altura de los requerimientos empresariales y orientadas en la dirección correcta.

Aquí el departamento de Recursos humanos juega un papel clave: debe impulsar políticas de formación según las necesidades que presentan los empleados. No es conveniente estandarizar los conocimientos a impartir, debido a que no todas las personas son capaces de aprender de la misma manera ni tampoco tienen las mismas exigencias.

De allí que sea importante sondear, analizar antes de diseñar un plan de capacitación del personal, pues es necesario identificar y detectar dónde se encuentran las necesidades y cuál es la mejor vía para atender esos requerimientos. De ello dependerá el éxito de las iniciativas de formación que tantos beneficios podrían traer a los trabajadores y a las empresas también.